De acuerdo a la televisora local CBS19, al menos 600 personas resultaron heridas tras el paso del tornado durante la tarde del viernes 31 de marzo.
Mientras tanto, el Centro de Ciencias Médicas de la Universidad de Arkansas comunicó que estaba operando a «un nivel de emergencias masivas», de acuerdo a la portavoz de institución.
Por su parte, el alcalde de Little Rock, Frank Scott Jr., señaló a través de su cuenta de Twitter que había 24 personas hospitalizadas, pero que no se registraban por el momento víctimas fatales. Sin embargo, detalló que el daño a la propiedad a causa del desastre natural había sido «extenso».
La vocera del Centro Medico Baptist, Cara Wade, informó que el hospital se encontraba tratando a cinco personas en estado crítico.
El tornado, que fue calificado por el Servicio Metereológico Nacional de Estados Unidos como «grande y destructivo», arrasó vecindarios y centros comerciales, una escena de devastación que recordó a la sufrida días atrás por los habitantes de Alabama y Misisipi.
La gobernadora de Arkansas, la republicana Sarah Huckabee Sanders, declaró estado de emergencia y afirmó que «no escatimará recursos» en esfuerzos de respuesta y ayuda a los damnificados.
En ese sentido, Huckabee Sanders envió a la Guardia Nacional de la entidad para ayudar a las fuerzas de seguridad y policías locales.
De acuerdo al sitio Power Outage, que lleva el registro de los cortes de luz eléctrica a lo largo de Estados Unidos en tiempo real, más de 84.000 casas se quedaron sin electricidad.
Desde la tarde de este viernes 31 de marzo, las redes sociales se han inundado de videos e imágenes de ciudadanos de Arkansas capturando el paso del tornado y la destrucción que ha provocado, con daños en miles de viviendas y vehículos.
