ALBERTO F. MENA MALLEN
Con la aparición del empresario Gustavo de Hoyos Walther que intentará ser el candidato de la Alianza va por México a la presidencia de la República y que buscará el apoyo de los ciudadanos, se abre una oportunidad para quienes ya no queremos a partidos políticos podridos, corruptos acompañados siempre de personajes con una gran interrogación en sus currículos y que han demostrado con el tiempo, de que engañan, mienten y que solo buscan su beneficio personal o de grupo y se olvidan de los mexicanos, principalmente de los más pobres aunque presuman lo contrario.
Ojalá y haya más posibilidades para que otros personajes se enlisten en participar en ese camino o en ser candidatos independientes y queden atrás los mismos chapulines o corcholatas a quienes no les interesa el bienestar del pueblo de México; es probable que sean los empresarios quienes estén detrás del mencionado aspirante, pero esperaremos a que también apoyen a quienes se atrevan a ganarse la rifa del tigre para el 2024 y que se conozca si tiene tamaños para enfrentarse a los grillos de siempre y para soportar presiones de todo tipo que existen en este tipo de eventos.
Es de honestos reconocer que no todos los políticos son pésimos, pero los que tienen una vida ejemplar nunca serán apoyados, porque el mismo ambiente rechaza a este tipo de personajes que no son corruptos o porque no se quieren enlodar en caminos que ya son un asco por el solo hecho de que los malos funcionarios andan metidos hasta las manitas en lodazales y en sus menjurjes.
Ya no queremos que nos engañen como lo hizo el actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien se apoyó en el malestar ciudadano en contra de los gobiernos que lo antecedieron y prometió hasta las perlas de la virgen, mismas que hasta la fecha no ha entregado luego de casi cinco años de su gobierno, donde hay pantanos difíciles de caminar sin mancharse, tal y como sucede con el actual mandatario que presume a diario de que ya no hay corrupción y de que Morena y su grupo de pandilleros no son lo mismo que antes.
Queremos a un presidente que sea un estadista, que vele por el bienestar de todos, de todos los mexicanos y no solo de unos cuantos y que no utilice la posición y los recursos públicos para cumplir sus deseos como sucede con el tabasqueño, a quien se le critica por todas las irregularidades que comete frecuentemente, por la opacidad con que maneja los dineros del Estado, por la poca transparencia que utiliza para evitar más críticas a su gobierno.
Debemos ser, desde ahora, los ciudadanos quienes velemos porque todo lo que se prometa, se cumpla y no quede solo en dichos para evitar las divisiones como ahora, para que todos juntos empujemos y no solo unos cuantos que, ya no deseamos a malos políticos, malos gobernantes, malos empresarios, malos candidatos, malos oportunistas, malos chapulines que buscan el poder por el poder. Debemos ser participativos y votar en este y el próximo año.
Deseamos que ya no se hable de Alitos, que trae una larga cola que le pisen, o de dueños de partidos como Dante Delgado o del Verde Ecologista, con el niño verde a la cabeza, o incluso de Mario Delgado que trae arrastrando denuncias por relaciones con el narcotráfico o malos manejos por la línea 12 del Metro y, lo peor, es que nadie hace nada por sancionarlos, al contrario, les dan más alas para que estén en el poder y con recursos ilimitados para seguir engañando a los electores y mexicanos en general; también de un Alberto Anaya, del PT, que no debería ya de existir, pero con el pago a favores prestados, aun participa electoralmente.
O de gobernantes, como el primer mandatario que gasta los recursos públicos en caprichos personales, sin analizar las probabilidades y posibilidades futuras, como sucede con la aprobación de la planta de Tesla en Nuevo León, para construir carros eléctricos, cuando el construye una refinería para producir gasolinas y sus derivados.
Igualmente, la regenta y corcholata del presidente y de Morena, Claudia Sheinbaum, que anda en campaña y descuida sus labores en la Ciudad de México y que no quiere pedir licencia para su promoción y además trae a un lado mucha impunidad para con sus amigos y denuncias para quienes no piensan como ellos; incluso, ya se han mencionado los carteles del narco que existen en la capital del país, y hasta la fecha no han informado si se les ataca o simplemente se les da la mano y se presume que atacan a la violencia con abrazos y no balazos.
En los Estados, hay gobiernos que no pueden con la delincuencia y la violencia que se vive a diario en sus entidades, como sucede con Zacatecas, que se ha convertido en un nido de delincuentes del cual poco a poco se apropian y ni con el apoyo de la federación ha logrado disminuir los índices delictivos. Algo similar sucede en Guerrero, Colima, Michoacán, Guanajuato, Tamaulipas, Baja California, Sonora, entre otros.
Otro punto de los políticos y gobernantes actuales es el de que no respetan la Constitución ni las leyes y que se creen protegidos por el hombre en turno, quien se ha engolosinado en no respetarlas a pesar de que constantemente se le señala estos malos hábitos que le dejaron pertenecer al PRI en sus inicios como político.
Tampoco queremos a legisladores que se burlen de los mexicanos, al aceptar los designios de un autócrata que se ha vuelto un tirano y que aprueben leyes o normas sin moverle una coma a las propuestas que se envían desde el ejecutivo federal, o que crean que andan en sus barrios lanzando todo tipo de improperios y gracejadas a diestra y siniestra, porque están con la mayoría simple y con el apoyo del presidente, o tal vez porque se creen superiores al pertenecer al pueblo al que se busca solo para que voten.
Participemos votando
fermallen@gmail.com
