Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
A raíz del comentario publicado en este espacio con respeto a los servicios médicos que recibe el presidente de la República -todos Jefes del Estado Mexicano deben ser tratados ahí-, un lector me envía el siguiente correo y solicita el anonimato, por aquello de la secrecía.
“Un gran amigo era el jefe de Terapia Intensiva del Hospital Militar, era excelente, ahora el hijo de otro amigo está en su puesto, mi amigo Juan falleció
“El problema en Terapia Intensiva, creo es segundo piso, hace mucho que no voy, solía ir con frecuencia a comer, tenía lo mismo a un soldado grave, podía tener a x político o familiar, él pidió y ejecutó en el sexto piso (como te digo tiene tiempo que no voy), hicieron el piso nada más para el presidente. Ahí se recuperó Fox de una cirugía de espalda.
“El piso todo verde, tiene dos camas de Terapia Intensiva con todoooo… dos recamaras para familiares, cada sección están a los lados, con área de descanso para el personal que labore ahí, muy franciscana el área, mesas sillas. Al fondo una sala de juntas a todo lujo, ahí mismo una alcoba presidencial.
“Al abrir el elevador, esta un soldado de traje para «orientarte», ya me conocían y pasaba sin problema a ver al responsable (omito el nombre para no generale problemas al lector)
“El encargado ahora yo creo es teniente coronel, si no es que ya es coronel, (omito el nombre) … lo conozco desde su nacimiento
“Me falto mencionar, una sala al lado de la cama de Terapia Intensiva, para los familiares, es normal la sala pequeña, lo más importante la cama de Terapia Intensiva”
Hasta ahí el correo.
Sin duda que el Presidente de México, sea quien fuere y en el tiempo de que se tratare, debe contar con un hospital en el que se le atienda con todas las medidas médicas necesarias y de seguridad, para evitar cualquier atentado. Han ocurrido y los protocolos globales, son estrictos en cuanto a cómo debe tratarse al paciente que conduce los destinos de un país.
Todo, conforme a derecho, es correcto.
Lo políticamente incorrecto, es la forma en que el actual paciente -va constantemente- oculta la forma en que es tratado médicamente mientras millones de ciudadanos carecen de lo elemental para atenderse, aunque usted no lo crea, de una severa gripa.
Con el paso del tiempo, se ha exhibido la carencia de conocimientos y de atender la pandemia que cobró, según los datos oficiales cerca de 400 mil vida y, los reales, suman cerca de 900 mil.
Es criminal la forma en que se atienda al “pueblo bueno” y bastaría recordar que el Seguro Popular, con deficiencias, escasez de personal médico calificado, falta de equipo en quirófanos y muchas otras carencias, funcionó y le otorgó medicamentos y atención a casi 50 millones de mexicanos que carecen de la seguridad social. Sin embargo, aunque las muestras de cobertura fueron confirmadas, el gobierno actual decidió desmantelarlo para crear el INSABI, un ente que a dos años de tener el control, no opera ni siquiera de anginas.
El señor López había comprometido su palabra de que todos los servidores públicos se atenderían en el ISSSTE y es momento en que su orden no se cumple en la mínima parte. Además, al igual que los hospitales de la Secretaría de Salud, el IMSS y de todo el sistema incluyendo los nosocomios de Mariana, Pemex y exceptuado los de la Defensa Nacional tuvieron y tienen escasez alarmante de fármacos desde el inicio de la presente administración.
Los de a pie, los que no cuentan con seguridad social, no tienen con qué cobrar medicamentos. Las pensiones que reciben apenas si alcanza para medio comer, que sin duda es una enorme ayuda, mientras el presidente se atiende en sexto piso del Hospital Central Militar.
Un hospital de clase mundial. Vaya, uno con tres letras mayúsculas: VIP.
El de Sedena sí es similar a los de Dinamarca… el resto, apenas podrían aspirar a tener una certificación de panzazo, aunque haya comprado costosos equipos, contraten a sus “excelencias cubanas” y tengan pisos de mármol.
¿Cuánta gente conoce el Hospital Central Militar? Vaya, ni la tropa. Solo los altos mandos y los servidores públicos civiles que tengan amistad con los jefes castrenses.
E-mail: jesusmichelmp@htmail.com, jesusmichelnarvaez266@gmail.com, Facebook Jesus Michel, Twitter @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.
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