Yo Campesino
• Ganso acusa a “rivales” de atacarlo para conservar prebendas a las que él se aferra
Miguel A. Rocha Valencia
El principal privilegio que detenta el mesías tropical es el poder político y económico de un gobierno al cual usa no para servir sino para intentar perpetuarse en un gobierno legitimado por el INE, árbitro que hoy pretende destruir para evitar lo entregue por la vía electoral a alguien elegido democráticamente.
Por eso, el ganso desea convertirse en el “gran elector”, decidir quién es desde su punto de vista el que debe sucederlo en el poder y si es posible, porque así lo decida el pueblo por él encarnado, quedarse más allá de lo establecido por la Constitución.
Y es que el caudillo no sólo siente ser quien encarna al pueblo y a la ley suprema sino también desea ser el definidor de la democracia y por ende, asumirse como quien debe decidir a su sucesor a quien ha de heredar los privilegios, entre ellos, el de “mandar”.
De ahí que cuando habla de que sus “enemigos” quieren recuperar sus privilegios, se refiere al poder detentado por el propio profeta cuatrotero, no los quiere soltar, los desea usufructuar hasta la muerte, no importa que para ello como siempre, haga trampa, mienta, viole, ofenda y hasta persiga a sus opositores.
Para el peje, lo ideal sería un régimen calca del que ejercen Daniel Ortega en Nicaragua, Nicolás Maduro en Venezuela o Miguel Díaz-Canel en Cuba para poder encarcelar a quienes desean “despojarlo” por la vía electoral de los privilegios que hoy goza, sean políticos, periodistas, intelectuales, funcionarios autónomos, magistrados o ministros.
Es por eso que quienes conocen al machuchón macuspano dicen que se transformó con el poder. Los privilegios lo cambiaron y hoy se aferra a ellos sin importar consecuencias. El camino más efectivo sería quemar el puente electoral que lo llevó a la Presidencia y nadie más puede transitarlo para arrebatarle lo que es “suyo”; por eso su obsesión por acabar o desmembrar al INE.
Otros personajes de reciente historia también buscaron trascender su sexenio, intentaron todo, sondearon, generaron conflictos que propiciarán crisis y en base a ellas alzarse como salvadores de la patria y “sacrificarse” más tiempo en el poder para seguir disfrutando de los privilegios con sus grupos de poder, sus mafias como diría el mismo ganso.
Mafia que hoy encabeza el inquilino de Palacio Nacional y que no usa sino abusa de esos privilegios, del dinero presupuestal del poder político el cual utiliza para agredir a quienes ve como potenciales competidores, como amenazas que desean arrebatarle lo que considera como suyo y sólo él puede entregar a sus legítimos herederos, incluyendo obviamente, familia y fieles lacayos.
A ellos, integrantes de la actual mafia en el poder no sólo los privilegios sino también la patente para robar, hartarse de corrupción y protegerse con el manto de impunidad que les otorga el “todo poderoso”.
Para los demás, sobre todo quienes se muestran críticos o con tamaños y argumentos para aspirar a esos privilegios, ofensas, acusaciones sin fundamento, persecuciones y si es posible el exilio o la cárcel.
A eso se refiere el ganso cuando habla de aquellos que desean “recuperar sus privilegios” y que él les arrebató por la vía electoral. Dudo que él quiera devolverlos por la misma vía o cualquier otra pues son “suyos”, ese es su proyecto mesiánico y a ver quién lo baja de la nube.
Por lo pronto el Plan B empieza a causar estragos que sólo el poder judicial en sus diversas instancias deberá resolver. Claro los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación muestran independencia y apego a la norma, evitarían no sólo la aberración contra la Constitución y la democracia sino también una serie de litigios que habrán de derivarse especialmente en los tribunales laborales.
Y al final de todo, sabremos si los mexicanos recuperamos la ruta del progreso o si de plano habremos de sufrir una noche muy larga.