Impulsan mecanismos para garantizar educación a hijos de jornaleros agrícolas

  • En muchos casos, los estudiantes del medio rural tienen que abandonar sus estudios, señala Bañuelos de la Torre. 

Las hijas e hijos de las personas jornaleras agrícolas se encuentran en un constante estado de vulnerabilidad, pues derivado de las características inherentes del empleo de sus padres, enfrentan problemas para acceder a la educación, advirtió la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre, del PT.

 

Por tal motivo, en tribuna, la legisladora presentó una iniciativa que reforma la Ley Federal del Trabajo y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para que la Secretaría de Educación Pública establezca los mecanismos para el diseño e implementación de la infraestructura de centros escolares, así como del personal docente, que garanticen el acceso a la educación básica de los hijos de los trabajadores estacionales del campo o jornaleros.

 

Para ello, agregó, en todo momento se tomará en cuenta lo relativo a las condiciones inherentes a la labor de los jornaleros y se garantizará el derecho a una educación de calidad para sus hijas e hijos.

 

También propone que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social vigile las condiciones y el cumplimiento de los patrones del campo en materia educativa.

 

Geovanna Bañuelos señaló que las y los jornaleros son personas que trabajan la tierra, pero que se caracterizan por vivir con salarios extremadamente bajos, además de que su vida es una constante incertidumbre jurídica, pues su empleo no es estable.

 

Dicha inestabilidad, agregó, afecta significativamente la vida de sus hijas e hijos, quienes derivado de la movilidad, no pueden acceder a la educación, y en muchos casos los que van a escuelas tienen que abandonar los estudios.

 

Refirió que, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, más de 80 por ciento de niñas, niños y jóvenes, hijos de jornaleros agrícolas, enfrentan problemas de rezago educativo. Asimismo, los hombres trabajadores agrícolas cuentan con 5.9 años de escolaridad en promedio, mientras que las mujeres están con un promedio de 5.5 años de escolaridad.

 

“Es urgente visibilizar y atender las grandes problemáticas de las y los trabajadores del campo, pues su labor es el pilar sobre el que descansa el devenir de nuestras vidas, es tiempo de que la justicia social se haga realidad”, concluyó.

 

La iniciativa fue enviada a las comisiones unidas de Trabajo y Previsión Social y de Estudios Legislativos.

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