NIDIA MARÍN
Esta semana México se juega el todo por el todo electoralmente: continuar en la democracia o abrazar una dictadura de facto o de partido.
Sí, es una semana crucial. Días de febrero “loco” en medio de frentes fríos, tras el aniversario de la vapuleada Constitución Mexicana, ahora en el Congreso de la Unión se pone en marcha el proceso legislativo para tratar el caso de el “Plan B”, que intenta destruir el Instituto Nacional Electoral y cooptar de parte del gobierno las elecciones que en este siglo XXI hasta ahora habían sido libres.
Y como todos sabemos hay un documento enviado por el presidente para salirse con la suya: el “Plan B”
Sobre este asunto, el Instituto Belisario Domínguez, de la Cámara de Senadores, publica en la sección Notas Estratégicas, el trabajo “Aspectos del Proceso Legislativo de la Reforma Electoral (Plan B)”, de César Alejandro Giles Navarro, en el cual se enumeran las presuntas afectaciones:
En materia de autonomía del INE, dice, la estructura territorial de los órganos ejecutivos del Instituto en los 300 distritos electorales y en las 32 entidades federativas, los procedimientos de capacitación y organización electoral, los avances para combatir la violencia política contra las mujeres en razón de género y las acciones afirmativas para potenciar la representación política de núcleos de la población tradicionalmente desfavorecidos (INE, 2023).
También precisa:
“Corresponderá a la SCJN resolver estos litigios, de cara al proceso electoral de 2024, de acuerdo con la legislación vigente…”
En el mencionado texto expone:
“De los dos paquetes de reformas que conforman al Plan B, solo el relativo a la flexibilización de las normas de propaganda gubernamental fue publicado por el Ejecutivo el 27 de diciembre de 2022 y ha sido impugnado mediante distintos medios de control constitucional.
“El segundo paquete de reformas, que plantea la reestructuración y compactación del INE, aún debe ser discutido y aprobado por el Senado en su calidad de cámara revisora. Diversos actores políticos y el INE han anunciado que interpondrán una acción de inconstitucionalidad debido a que consideran que estas reformas debilitan a la autoridad electoral y ponen en riesgo la organización de los comicios de 2024”.
Además:
“El llamado Plan B será la reforma electoral más impugnada en el Poder Judicial, por la premura con la que fue aprobada por el Congreso, pero también por sus alcances y posibles repercusiones en el diseño institucional para organizar elecciones en el país”.
Y sigue diciendo:
“Además de la judicialización de la reforma, tanto la iniciativa de reforma constitucional en materia electoral, como el Plan B han generado movilizaciones de protesta ciudadana, la primera de ellas el 13 de noviembre de 2022 y la segunda convocada para el domingo 26 de febrero, ambas con la consigna de defender al INE”.
Y llegan los recuerdos. Es inevitable. Pensar que a mediados de junio de 2018, antes de que se efectuaran las elecciones, el ex embajador estadounidense en nuestro país, James Jones, que había estado al frente de la representación de Estados Unidos de 1993 a 1997, señaló que en aquellos años México no era ejemplo electoral para el mundo y “había la percepción de que las elecciones no eran limpias”.
Apreció, además, en aquel junio de 2018, que México tiene una de las mejores instituciones electorales del mundo y se considera uno de los mejores sistemas electorales que realiza elecciones honestas.
Ese día, en una conferencia de prensa en el INE, en la que estuvieron también, otro ex embajador en México del gobierno estadounidense, Jeffrey Davidow, así como el director de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales, William Sweeney, hubo más opiniones.
Davidow, por ejemplo, mencionó el abstencionismo que estaba aquejando a muchos países del mundo, pero señaló:
“Lo grande de México es que cada ciudadano podrá ir a su casilla el primero de julio y votar con la confianza de que su voto va a ser contado. Este gran proceso, que francamente debe ser un orgullo para todos los mexicanos”.
(Nosotros hoy decimos: lástima porque están a punto de destruirlo con el “Plan B”).
El ex embajador Davidow también resaltó que la importancia del sistema democrático radica en escoger gobiernos que tienen legitimidad de actuar en su país e internacionalmente.
(Ojalá eso ocurra en 2024, esperamos por nuestra parte).
A su vez, el director de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales, William Sweeney, consideró que el INE “es un gran líder que está muy bien preparado para trabajar con otras agencias del gobierno mexicano para proteger y mantener la credibilidad y transparencia de los votos”.
Estos personajes evidentemente no sabían que 12 días después, llegaría el triunfo en las urnas de la mano que hoy mece la cuna y de sus títeres, además de que las ambiciones desbocadas de los políticos se exacerbarían. Sí, y aglutinados en Morena, encabezados por quien lucha por una dictadura a secas o por una dictadura de partido… como antaño, pretenden destruir a la institución electoral mexicana.
Así que será una semana difícil, de un febrero intrincado y penoso.
Preparémonos porque a todos los que respetamos la democracia nos van a llover los insultos emanados del zócalo.
Como decía Albus Dumbledore, el personaje de la escritora británica J. K. Rowling en la película “Harry Potter y el Cáliz de Fuego”:
“Tiempos oscuros y difíciles nos aguardan. Pronto deberemos de elegir entre lo que es correcto y lo que es fácil”.