México en Riesgo y sin Dirección

ALFREDO MEJÍA MONTOYA

Nunca antes el país se había visto envuelto en tantos escenarios negativos y problemas de toda índole provocados desde palacio nacional, el inquilino con su característica beligerante, centralista y falta de tacto político crea un nivel de incertidumbre entre la población, así como de los observadores internacionales, de los inversores que consideran que México es excelente región para invertir.

Con tantos problemas internos del partido oficialista, que se están desbordando, ensombrece aún más la adelantada sucesión presidencial del 24’, diversas áreas son las afectadas, en lo político, económico, electoral, poder judicial, deuda interna y externa, políticas públicas entre otras.

Todo ello trae aparejado que el titular del ejecutivo López Obrador, que de por si no se ha dedicado a gobernar, el hacerlo se ve más complejo, no imposible cierto. Sin embargo, el escaso tiempo que le queda a su mandato la tarea que se requiere es titánica y al inquilino de palacio, no se le da. Pero sigue creando conflictos y sacando temas irrelevantes de la chistera que no le convienen a nadie que se ventilen a los cuatro vientos, poniendo en riesgo al país ante los ojos de los demás, sobre todo a los observadores externos que desean hacer negocios en México.

Riesgo político
Recordemos que la primera acción en su mandato provocó un riesgo grave enviando pésimas señales a los inversores en México, nacionales e internacionales, como lo fue la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM)

Años después la inestabilidad emocional de López Obrador está haciendo crisis en su palacio, la pérdida del poder lo tiene al borde de la locura y sus decisiones están cada vez más alejadas de la realidad. A la oposición ya no la minimiza, sabe que se está fortaleciendo conforme pasa el tiempo y eso le aterra.

Sabe que no cuenta con un equipo que le apoye en estos impasses sucesorios presidencialistas. Para él, es nuevo y desconoce cómo reaccionar, poniendo en riesgo al país entero en su oscuro afán de continuar en el poder. Es capaz de crear las condiciones necesarias para darse un auto golpe de estado.

Ahora resulta, que ya no son 3 sus corcholatas, sino 5, así puede distraer a la oposición con 5 frentes, enviando a su lacayo Mario Delgado su última ocurrencia: anunciar que Ricardo Monreal Ávila y Gerardo Fernández Noroña son los nuevos prospectos y tratar de evitar la huida de militantes provocando mayor divisionismo en el seno del partido oficialista.

El uso político de la pobreza tendrá resultados funestos, crecerá exponencialmente y llegara a estratos sociales que actualmente son clase media.

La confrontación con todo aquel que no esté de acuerdo con sus ideas, conceptos y acciones, provoca incertidumbre e inseguridad jurídica. A los inversores les provoca temor del uso del estado de derecho, ya que López sin ton ni son cambia las reglas con las que llegó la inversión, temor de un riesgo más que justificado.

Su beligerancia llega hasta con aquellos con los que creció políticamente y obtuvieron logros ambos en cargos de elección popular, como recién sucedió con Cuauhtémoc Cárdenas. Todo ello y más generan riesgos fundados

Riesgo económico
Las políticas económicas que se deciden en palacio nacional, no van aparejadas con la realidad ni con proyectos y análisis, donde los buenos resultados no se notan; los programas de bajar la inflación han sido ineficientes; las exportaciones que es por donde entran millones de dólares, lleva 14 meses a la baja y no existen programas contra cíclicos para evitarlo, perjudicando a los grandes exportadores mexicanos, y si el dólar sigue a la baja, las consecuencias serán funestas; la entrada de divisas por concepto de venta de petróleo es cada vez menor; una economía sin dirección provoca distorsiones que envían señales de inestabilidad e incertidumbre.

Riesgo electoral
López Obrador con toda su experiencia de más de veinte años, no precisamente en materia electoral, sino de la cosecha de votos al precio que sea, la democracia está en riesgo pleno en la sucesión presidencial del 24’.

El temor que no le da la tranquilidad que otorga el haber hecho bien su trabajo, se percibe sensiblemente cada día en las matinales, su capacidad de reacción es beligerante, y el tema del “plan B de la reforma electoral tiene los “ingredientes envenenados” que podrían tener como propósito la nulidad de las elecciones de 2024, así como derivar en conflictos pre y poselectorales, que incluso podrían manifestarse en violencia”, (sic) advierten los consejeros del INE, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.

Dicho riesgo es latente, precisamente porque él no quiere dejar el poder y hará hasta lo imposible por lograrlo, sabe perfectamente que como está la estructura y operación del Instituto INE en estos momentos, perderá el partido oficialista las elecciones y por consecuencia el poder López Obrador. Lo anterior porque ahora no tendrá los treinta millones de votos que cosechó en el 2018 con los 18 años de lucha por el poder.

López tiene tareas, Uno, planear cómo elimina al INE antes de las elecciones del 2024; Dos, ver cómo lo elimina sin conculcar la ley misma o la Constitución; Tres, utilizará todo el brazo ejecutor del Estado para lograrlo.

El Plan B es una bomba de tiempo que, como riesgo, va dirigido a la anulación de las elecciones de 2024. De por sí ya está causando crisis preelectoral cuya finalidad es legitimar las actividades ejecutivas de López, que por no ser suficientemente consistentes para que la ciudadanía le dé su voto de nuevo, cuestión que está seguro que no va a suceder, ese temor latente aflora cada matinal en palacio y no hay nada ni nadie que le pueda ayudar en esta ocasión, a no ser que recurra a las trampas y fraudes que sabe manejar muy bien desde que estaba en el PRI, como el robo de urnas, introducir urnas embarazadas, irrumpir en casillas donde sabe que los votos no le favorecerán, quema d casillas, etc.

El riesgo de crear un ambiente parecido al de 1988, es posible, haciendo estallar las reglas de la democracia que le permitieron llegar al poder.

Pese a que como han dicho múltiples analistas, el INE declaró presidente electo a Andrés Manuel López Obrador de la contienda del 2018, presidente con el mayor número de votos en toda la historia en que se lleva registro de las votaciones presidenciales.

Riesgo en la SCJN
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tendrá que emplear toda su inteligencia y conocimientos para determinar que el Plan B es un Frankenstein pseudo legal, que no podrá pasar por encima de la Constitución (CPEUM). Legitimando la SCJN su autonomía haciendo prevalecer el estado de derecho en el que todos los mexicanos deben convivir.

Declarar inconstitucional al plan B, es frenar el intento de violentar el sistema electoral mexicano, vaya incluso para evitar una crisis política de fin de gobierno; por lo que la SCJN tiene la oportunidad de quebrar ese riesgo de los instintos autocráticos de López Obrador.

El riesgo latente de evitar el conflicto preelectoral, por esta reforma antidemocrática cien por ciento, propicia el riesgo prevalente de un conflicto postelectoral.
a2m8m@yahoo.com.mx freedomm

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