*Dirigentes del PAN y el PRI Asumen Victorias sin el PRD
*Poca Atención a las Demandas Ciudadanas, una Realidad
*Solos no Ganan en Ninguna Elección: Unidos, es Posible
GERARDO LAVALLE
El escenario está montado. Los actores salen de los camerinos y muestran sus rostros. El maquillaje oculta las arrugas y los años. Sin embargo, todos salen con una sola misión: robarse el espectáculo y recibir el aplauso mayor por encima de sus compañeros de la obra.
Así se puede resumir lo que ocurre en las oposiciones que componen la coalición Va por México, en la que afloran las ambiciones políticas e ignoran a los ciudadanos.
Lo ocurrido la semana pasada, cuando Marko Cortés y Alejandro Moreno tomaron los micrófonos del escenario político para lanzar el anuncio de que el Pan tendrá mano para la conducción y en su caso la postulación de los candidatos a la Presidencia de la República y a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en 2024 y el PRI lo hará con las elecciones de los estados de México y Coahuila, en donde ya hay candidatos del tricolor, olvidaron al tercer actor: Jesús Zambrano, dirigente del PRD.
Si bien el sol azteca no atraviesa por su mejor momento y en las elecciones pasadas para elegir diputados federales y en coalición con PRI y PAN apenas consiguió la preferencia para obtener 11 diputados federales, lo cierto es que desdeñar su posible aportación en los siguientes comicios, no es una buena idea.
Recordar un poco el pasado no es ocioso. En el año 2000, el PVEM se alió con el PAN para llevar como candidato a la Presidencia de México al guanajuatense Vicente Fox Quesada, polémico de siempre, y le aportó 6 puntos en la votación. Quizá más de los que esperaban los panistas y los priístas.
Aliado ahora con Morena, el PVEM y el PT llevan agua al molino del oficialismo y no pasan por sus mejores épocas. Una prueba de ello es que para la elección de Coahuila ambos partidos llevaran candidato propio lo que provocó un quiebre en la alianza Juntos Haremos Historia, lo que le permitió a Mario Delgado acusar de traición al dirigente del PT, Alberto Anaya Gutiérrez y decir que le “mordió la mano a quien le da de comer” en referencia al presidente López.
El PT optó por llevar de aspirante en la contienda a Ricardo mejía Berdeja, hasta hace dos semanas subsecretario de Seguridad Pública Ciudadana bajo el mando de Alfonso Durazo primero y después de Icela Rodríguez. Se inconformo por el resultado de la encuesta y, sin decir agua va, negoció en lo oscurito con el dueño de la franquicia rojinegra y logró el respaldo para subirse a la reyerta electoral.
El PVEM encontró en su dirigente estatal, exalcalde de Ciudad Acuña y actual diputado federal, Evaristo Lenin Pérez Rivera, hijo de quien fuera líder de los trabajadores de la UNAM por dos décadas.
En la elección del Estado de México, PT y PVEM mantuvieron la alianza y apoyan la candidatura de Delfina Gómez, mientras el PRI incorporó a la coalición va por México a Nueva Alianza, cuyo registro nacional perdió en las pasadas elecciones federales y lo mantuvo en 22 estados del país.
De esta forma, son cuatro los partidos que apoya a Alejandra del Moral, quien se encuentra abajo en las encuestas, atrás de Delfina Gómez Álvarez. La suma de Nueva Alianza probablemente aporte buen número de sufragios proveniente del magisterio federal y estatal.
Y aunque Cortés y Moreno pretendan robarle los micrófonos y los reflectores al PRD, en el Edomex aportará buena cantidad de votos, porque aun en su debacle, cuenta con simpatizantes y militantes en la entidad.
LA AMBICIÓN POLÍTICA
Y LA CEGUERA PROPIA
No entender que el gobierno federal utilizará todas las herramientas legales e ilegales que estén a su alcance para mantenerse en el poder a través de la corcholata que gane las dos encuestas de Morena, es la debilidad de los dirigentes partidistas que excluyen al PRD.
Pareciera que ambos ya tienen al candidato triunfador. Lo guardan en el cajón del olvido y con siete candados. Porque nadie lo ubica, lo conoce y saben a qué se dedica.
La ambición política de Cortés y Moreno no tiene límite. En el seno del PAN hay inconformidades entre militantes que representan al partido en el Congreso de la Unión. Por ejemplo, Damián Zepeda, senador por Sonora, ha expresado dentro y fuera del PAN, que la alianza Va por México no lo benefició y prueba de ello es la pérdida de tres gubernaturas durante las pasadas elecciones estatales.
En el caso del PRI, es doble la molestia. De 12 estados que gobernaba al inicio de la administración encabezada por el señor López, ahora solamente cuenta con 2 y está en riesgo una más.
Alejandro Moreno ha mostrado la ambición total. Primero se autodestapó como aspirante a la Presidencia de la República para 2024. Después convocó al Consejo Político para modificar los estatutos y ser el único que pueda decidir las nominaciones a candidaturas de todo tipo, llámese Por Ejecutivo federal, gobernadores, presidentes municipales y senadores y diputados federales y locales. Ello provocó la reacción de los viejos priístas que estimaron un “asalto al poder” la decisión.
Ahora mantiene enfrentamiento con el grupo parlamentario en el Senado, encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong, quien también muestra la ambición de volver a tener reflectores a nivel nacional, como los tuvo durante su estancia como titular de la Secretaría de Gobernación y ha manifestado el deseo de derribar a Moreno para sustituirlo.
Los problemas internos entre los militantes de ambos partido, PRI y PAN, no parecen tener pronta solución y a eso le apuesta el PRD, cuyo dirigente ha mostrado que sin la ciudadanía no se llegará a ninguna parte.
También se contagia de la soberbia y sostiene que “nosotros podemos solos”, sin explicar a qué se refiere.
LA ALIANZA LEGISLATIVA
SÍ MOSTRÓ MÚSCULO
Con las elecciones de junio del año 2021 y cuando entró en función la coalición Va por México, los tres partidos lograron obtener suficientes diputados federales que, junto con los de Movimiento Ciudadano, han frenado las reformas constitucionales que buscaban desmenuzar, partir en cachitos, embolsarlos, arrumbarlos en un tambo de 200 litros y después sepultarlo, al INE.
Pero han fallado en la desmilitarización ofrecida por el entonces candidato y ahora presidente temporal de México.
Correspondió a Moreno Cárdenas, ¡cómo no! Brincarse las trancas y de “motu proprio” -el huésped de Palacio Nacional dijo que era de su autoría- y presentar la iniciativa que prolongó la estadía de la Guardia Nacional y las fuerzas castrenses en general, en tareas de seguridad pública, “en apoyo” a las policías estatales y municipales hasta 2028, cuando la autorización original al formarse la Guardia Nacional en 2019, la ley reglamentaria estableció en su quinto transitorio la vigencia hasta 2024.
Ello provocó la reacción airada de Marko Cortés y Jesús Zambrano a la que se sumo la de Dante Delgado, y la coalición Va por México entró “en pausa” y el dirigente del PRI fue calificado de traidor.
Con la “humildad” que caracteriza al campechano, cuyo gentilicio no le queda porque la soberbia lo supera. Se buscó el reencuentro de los dirigentes para revivir la coalición y prepararse para los comicios de este y el próximo año.
Hoy, sin embargo, la unidad entre los tres partidos parece más endeble que antaño. Dejar al PRD fuera e invitar de manera tardía a Jesús Zambrano a tomarse la foto para mostrar que todos están junto, no dejó de ser una mascarada en la que el del PRD perdió la dignidad al aceptar.
¿Dónde quedó el músculo de la coalición?
Lo sabremos cuando conozcamos los resultados de las elecciones que habrán de celebrarse este año, sobre todo, las del Estado de México, en donde sol azteca todavía tiene votos que aportar.