En su calidad de licenciado en derecho y egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, el senador del grupo plural, Germán Martínez, envió una carta al rector, Enrique Graue, para solicitar la anulación del título de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel.
“Al doctor Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México con atención al Comité Universitario de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México, con el objeto de robustecer el expediente y solicitar que se anule el título de Yasmín Esquivel, para represtigiar la labor de abogado y para defender a la universidad con carácter cívico, con vergüenza ética, con decencia pública, que yo estoy seguro, el rector Enrique Graue las tiene”.
De acuerdo al senador Martínez Casares, la UNAM tiene plena capacidad jurídica para anular el título de Yasmín Esquivel Mossa, y debe guiarse por la ética y por el sentido social. De igual forma, ratificó la solicitud de juicio político en contra de la ministra.
Además, en el acto de ratificación a la ministra que ocupa ilegítimamente el cargo en la Corte, está iniciado el trámite de responsabilidad política.
Germán dijo que investigó en los estatutos general vigente al momento de la falsa titulación de la alumna Yazmín, que en el artículo 97 los alumnos serán responsables del incumplimiento de las obligaciones que señalan los reglamentos de la UNAM y dice concretamente.
“El alumno que haya prestado o recibido ayuda fraudulenta en las pruebas de aprovechamiento será suspendido hasta por un año, sin perjuicio de la nulidad del examen sustentado. No hay mayor prueba de aprovechamiento que la prueba de titulación para obtener el grado profesional”.
Advirtió que, en su carta al rector de la UNAM, señala que existe fundamento legal interno y externo para dejar sin efectos un examen que recibió ayuda fraudulenta. La ley tutela valores, no burocracias ni privilegios, señaló Germán Martínez.
Reiteró su alegato ético y que la nulidad respectiva es una sanción que se reserva la UNAM, para protegerse, pues la nulidad de sus documentos es una defensa institucional, es una garantía de todos los alumnos que pasaron por sus aulas y obtuvieron sus méritos y sin trampas.
“Es una salvaguarda frente a la sociedad donde actúan los profesionales de la UNAM para acreditar fehacientemente el desempeño escolar y académico. La sociedad debe tener la certeza de que las herramientas que otorga la UNAM, para afrontar la vida en cualquiera de las profesiones, no deben ser huecas, vacías, falsas o inútiles”.
La UNAM no tiene por qué asumir, ni porque absorber, ni convalidar sin tomar una determinación sancionatoria, la conducta ilícita fraudulenta y deshonrosa de una de sus egresadas o egresados. “El acto de titulación, es un acto estrictamente académico se colma y se perfecciona exclusivamente en el marco de autonomía de la UNAM”.