ALBERTO F. MENA MALLEN
Pasan las horas, días, semanas y meses y los problemas de la 4T van acumulándose como si fueran estampitas para llenar un álbum del desarrollo de esta administración y que al final el gobierno federal presuma de sus “logros”, mismos que hasta la fecha no se ven, ya que las respuestas y soluciones van atrás de los conflictos y problemas que se aglomeran.
Uno de los graves problemas que más preocupan a casi todos los mexicanos, -menos para quienes lo generan-, es el de la violencia que aparece un día sí y otro también y las noticias sobre el tema tienen que darse a conocer porque ya es preocupante que todos los días haya ajusticiados, homicidios violentos, feminicidios y la autoridad encargada del área, sobre todo el presidente, insiste en que la política correspondiente seguirá la de “abrazos y no balazos”. “vamos requetebién”. Ha insistido en afirmarlo.
Y acusa a los periodistas de ser escandalosos con estas noticias, cuando ellos no las generaron y menos tratan de ocultar los hechos que se presentan en muchas regiones del país y que afectan a decenas de familias, quienes pierden seres queridos, ya sea porque participan en grupos de delincuencia organizada o son “daños colaterales”, como sucedió con la muerte de una familia en Veracruz, sobre lo que se comentó que el papá andaba en malos pasos o un ciudadano que murió en un ataque, cuando paseaba a sus perros.
Además, el primer mandatario repite, cada vez que tiene oportunidad, que los índices de violencia en México disminuyen, cuando, otra vez la realidad, muestra lo contrario, así como las cifras que manejan a su antojo con el propósito de quedar bien y demostrar que todo va viento en popa en esta materia. No importa que sean cifras duras o que emite la propia autoridad, ellos las ven “reducidas”, aunque no sea así o, mienten sobre las mismas. En tres días del fin de semana anterior hubo más de 200 muertos.
El colmo es que la alcaldesa sustituta de Santa María del Río, -está a 50 kilómetros de la capital-, en San Luis Potosí, Edna Medina Flores, renunció al cargo que aceptó el pasado 5 de enero del presente año, ante las amenazas a su persona y a su familia y que sustituyó al alcalde Emmanuel Govea, quien murió en un “accidente”. La querían extorsionar con 5 millones de pesos, que no quiso pagar, al igual que al fallecido.
Todos los problemas sobre violencia no se ven en Palacio Nacional, solo los que de alguna manera los afecta, como el atentado a Ciro Gómez Leyva, quien, espera pacientemente los resultados de las arduas investigaciones que realizan las autoridades capitalinas para conocer, sobre todo, a los autores intelectuales, ya que hubo un señalamiento, -no comprobado hasta ahora-, de que esta acción fue orquestada desde las altas esferas del gobierno morenista.
Ello ocasionó que el mismo presidente y demás corifeos acusaran de que hubo un posible autoatentado para tratar de lastimar al propio tabasqueño y a su cuarta transformación, cuando muchas personas conocen al periodista y saben que no sería capaz de actuar de esta manera.
Esa misma estrategia, de salirse por la tangente, la aplican en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, donde, después del último accidente de dos trenes que chocaron entre las estaciones de La Raza y Potrero, donde murió una estudiante universitaria y hubo decenas de heridos, por lo que decidieron incorporar a más de seis mil elementos de la guardia nacional, ante la posibilidad de atentados externos e internos.
Pero, de nuevo la realidad, muestra, más que esas teorías conspiracionistas el tratar de distraer la atención y justificar lo que no se ha hecho, como la falta de mantenimientos al Metro, ya que después de que ingresaron dichos policías militares, se han presentado muchos eventos “atípicos”, como los han llamado, en el que hay cortos circuitos, falta de luz, incendios, o acusaciones de ataques a las vías de comunicación, cuando se ha mostrado que hay accidentes entre los pasajeros, entre otros, que afortunadamente no se tienen víctimas mortales, pero si miles de afectados que tienen que sufrir las de Caín para trasladarse en esta ciudad caótica al tener gobiernos que solo piensan en el puesto y en el poder..
El caso de la ministra Yasmín Esquivel, ha calado hondo entre el gobierno, ya que el tema de su plagio supera con creces otros que se mueven en redes sociales, porque no han disminuido los ataques a la abogada “pirata”, y de pilón a AMLO, ya que fue el quien la propuso para integrarse a la Suprema Corte de Justicia. Aún se desconoce el triste final que tendrá, porque se ha enredado mucho por la participación de López Obrador.
Con ataques de AMLO hacia la UNAM y al rector, se polarizó más el tema, tanto que Enrique Graue, destacó que se abrirá un espacio para que la señalada del plagio manifieste lo que ella desee en su defensa y tener la posibilidad de dictaminar el caso y evitar que se lastime a la máxima casa de estudios del país. Aunque ya hay señalamientos desde la Facultad de Estudios de Aragón, en el sentido de que un 90 por ciento de la tesis de la ministra es plagio.
Existen más problemas que afectan en demasía a México, como sucede con la mafia de taxistas en Cancún, que buscan impedir las operaciones de Uber en dicha ciudad, por lo que generaron violencia, al cerrar accesos a la zona hotelera y que provocó que Estados Unidos emitiera un aviso a sus conciudadanos para que eviten acudir a este puerto turístico, lo que ocasionará menores ingresos económicos para el Estado y la federación.
Aquí cabe destacar que existen gobiernos reactivos y no previsores, sobre todo cuando se tiene conocimiento de este tipo de grupos que han existido siempre y que no se busca antes una solución a través del diálogo para conciliar intereses, gobiernos que esperan a que revienten los problemas para actuar, y que crecen en demasía tal y como lo vemos en este caso.
Insistimos, tenemos gobiernos deficientes, mal informados, no aptos para la administración pública, pero si para preparar elecciones, es lo único para lo que sirven
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