Crisis en la Aviación Nacional Por las Maniobras Gubernamentales a Favor del “Elefante Reumático”

Informe Turístico

 

*Serias Deficiencias en el AIFA Impiden el Traslado del Transporte de Carga

*Faltan Certificaciones de Terceros e Infraestructura Terrestre Adecuada

*Y Ante Todo es Necesario un Plan de Transición que sea Viable 

ARTURO LINO GUZMÁN

Delicado, por no decir grave, lo que sucede en el ámbito de  la aviación nacional, ante las maniobras que hace el gobierno de la autollamada 4T al tratar de imponer condiciones para que el “elefante reumático” (mejor: “mamut reumático”), el aeropuerto de Santa Lucía, el controvertido AIFA, que costó mucho dinero a los mexicanos, despegue y funcione como lo pensaron las autoridades de la actual administración, pues nomás no da luz, porque hasta el momento, a 10 meses de su inauguración, parece una obra con pocos alcances para las necesidades de comunicación aérea y el turismo.

Lo decimos porque las acciones que ha emprendido la Presidencia, empeñada en activar las operaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, son inútiles desde una perspectiva práctica, ya que las distancias que hay para llegar a esta terminal aérea, hacen que los viajes sean tediosos y con gastos extra; el anuncio del cabotaje para que las aerolíneas internacionales operen rutas nacionales; la compra de la marca “Mexicana de Aviación” y ahora, el Decreto presidencial para que las operaciones de carga se trasladen a otros aeropuertos (léase AIFA), son maniobras desesperadas para que crezca el número de operaciones.

Tan sólo basta decir que de acuerdo a lo publicado en la revista Forbes, de marzo a diciembre de 2022, el AIFA movió 912 mil 415 pasajeros en tanto el AICM -con todo y su problemática de saturación- llegó a 46 millones 258 mil 521 usuarios.

El hecho de que el Presidente Biden haya llegado al AIFA y comentado que está “bonito”, no significa que los millones de pasajeros nacionales e internacionales que se mueven al año por vía aérea, vayan a preferir salir o llegar, o ambas cosas, de la terminal aérea de Santa Lucía.

Por principio de cuenta, la degradación de la aviación a categoría 2, en mayo de 2019, demuestra el nivel en que se encuentran los servicios para la aviación nacional; no obstante, y para no faltar a su costumbre, el presidente López Obrador, ofreció que en cinco meses se recuperaría el nivel 1, lo cual -al paso que vamos- se ve difícil, pues las operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) son cada vez más complicadas, debido a las ineficiencias manifiestas de quienes lo dirigen.

La “puntada” presidencial de que las aerolíneas con bandera extranjera operen rutas nacionales, con el argumento de que las nacionales cobran muy caro y sus tarifas son altas, ha creado malestar e inquietud en las empresas de aviación nacionales, pues se pone en riesgo su viabilidad y podrían incluso quebrar.  

Otra más: La compra de la marca de “Mexicana de Aviación” por 820 millones de pesos para crear una aerolínea oficial y que ésta tenga operaciones en el Felipe Ángeles, es otra de las maniobras desesperadas a fin de que el aeropuerto de Santa Lucía tenga movimiento.

Surgen preguntas como: ¿el gobierno tiene capacidad o experiencia para dirigir una empresa de aviación?; ¿cree que con los aviones que adquiera podrá darle ímpetu a una de sus obras estrella?; ¿en qué condiciones estarán los aparatos que pondrá a funcionar? Y, una más: ¿serán seguros?

Y ahora, con la disposición de que en 90 días se trasladen los servicios de carga a otros aeropuertos para descongestionar el AICM, es otra de las medidas para favorecer al AIFA a lo cual las empresas de aviación de carga y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés), ya manifestaron su preocupación porque afecta a las empresas mismas y pone en riesgo fuentes de empleo.

La IATA, en un comunicado, informa que ha pedido al Gobierno mexicano que desarrolle un plan de transición conjunto para facilitar el traslado de las operaciones de carga dedicada del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a otras terminales aéreas del país. La semana pasada se emitió un anteproyecto de Decreto Presidencial en el que se avisaba que las operaciones de carga dedicada quedarían prohibidas en el AICM en 90 días hábiles, lo que obligaría a las aerolíneas a buscar ubicaciones alternativas a lo largo del país.

Señala que, aunque el sector entiende la necesidad de aliviar la saturación del AICM, esperar que las aerolíneas trasladen sus operaciones de carga en un plazo tan corto no es factible, dados los enormes requisitos técnicos, normativos y de infraestructura asociados a este traslado. La cadena de valor en la aviación tiene muchas interdependencias que deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar un plan de transición, por lo que la cooperación entre las partes interesadas del sector y el gobierno es esencial.

La mayor parte de las operaciones de carga en el mercado mexicano se manejan actualmente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ni las aerolíneas ni la cadena de suministro de carga asociada pueden simplemente empacar y mudarse a un aeropuerto alternativo. Todo este proceso supone una complejidad y debe estar bien planificado para evitar cualquier interrupción operativa. Para ello, advierte que se necesita que todas las partes interesadas trabajen de forma coordinada para que se garantice, así, el flujo seguro y eficiente de la carga dentro y fuera del país, declaró Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las Américas.

El gobierno mexicano está alentando a las aerolíneas a aprovechar las ventajas del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Para que esto ocurra, las autoridades primero necesitan cumplir con una serie de elementos críticos e interdependientes de infraestructura de carga que aún están pendientes en el AIFA antes de cualquier transición, como la falta de:

Certificaciones de terceros que son requeridas por los operadores de la(s) terminal(es), por ejemplo (ACC3-RA3) para carga que se transporta a Europa; Equipamiento adecuado de los almacenes de carga, autorizados por la Autoridad de Aviación Civil de México (AFAC); Sistema aduanero operativo; Agentes aduanales suficientes para despachar la carga importada; Registro de agentes de carga para el AIFA.

Además, independientemente del procesamiento de vuelos de carga o pasajeros, otra acción pendiente y relevante es que el gobierno complete la infraestructura de transporte terrestre hacia y desde el AIFA, la cual, ahora, es totalmente inadecuada para apoyar el movimiento de pasajeros y carga.

La carga aérea desempeña un papel vital en el desarrollo socioeconómico de México. Cualquier interrupción prolongada en la infraestructura de carga aérea mexicana tendrá un impacto negativo en el bienestar de los ciudadanos y las empresas del país. La industria continuará el diálogo con las autoridades sobre un plan de transición viable para asegurar que la entrega de bienes críticos por vía aérea se mantenga para los residentes de México y las aerolíneas de carga puedan operar de manera segura y eficiente, dijo Cerdá.

Así las cosas, pero hay otro asunto que compete al sector turístico y es el de los taxis en Cancún, el cual trataremos la próxima semana.

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