ALBERTO F. MENA MALLEN
Con la postura que siempre han adoptado cuando se les demuestra que andan mal o en reversa, los morenistas, acompañados de sus presidentes, el del grupo de seguidores y el del líder moral, se autodestruyen solos, al acusar a sus opositores o a los neoliberales de que se les quiere eliminar o impide avanzar en la destrucción de México y como siempre, la realidad los confronta.
Luego de cuatro años, ya se han acumulado muchos ejemplos de esta afirmación, donde insisten en negar sus errores, como sucede con el envío de la Guardia Nacional a vigilar las instalaciones del sistema de Transporte Colectivo, (Metro), que utilizan para salvar el pellejo de hechos que se ven sin necesidad de explicaciones como la falta de mantenimiento al mismo.
Se ponen de pechito, diría el vulgo, ya que muchos pensamos que el sabotear este servicio sería muy peligroso para los usuarios quienes ellos mismos lo cuidan ya que están en peligro sus vidas y no andan inventando que ellos solos se ponen en riesgo para lastimar a las autoridades porque no son la bueno que dijeron ser desde cuando iniciaron sus gobiernos.
Con los casos atípicos que se presentan, un día sí y otro también, hacen pensar a los morenistas capitalinos que algo raro sucede y que puede ser un sabotaje preparado ya que son continuos y muy llamativos informativamente, por lo que han decidido ampliar la vigilancia de la Guardia Nacional hacia los talleres y andenes del sistema.
Inventan puras patrañas con la idea de que los ciudadanos no piensan o no se dan cuenta de que son ellos, los morenistas, quienes se equivocan, lo que nunca quieren reconocer y no buscan rectificar porque los tildarían de malos administradores, cuando, insistimos, la realidad los desvista tal y cual son.
Otra cosa sería si se autocriticaran, pero no lo hacen, solo emiten puros autoelogios de que son la maravilla y de que el sistema que propone el presidente, ni Obama lo tiene, cuando se observa que hay decisiones no muy acertadas como lo del Metro, cuando la violencia en muchas entidades del país anda desatada y se distraen recursos y elementos que se requieren para combatir a los delincuentes que se sienten como en su casas, al no combatirlos en forma adecuada, sobre todo con inteligencia, que al parecer le falta a este gobierno.
Otro asunto que rueda en los medios “fifis”, es el de la ministra Yazmín Esquivel, -recomendada por el presidente López Obrador-, que se defiende boca arriba sacando las uñas para evitar que la maltraten, tal y como ella lo señala, en el sentido de que niega categóricamente que haya plagiado su tesis de licenciatura en Derecho, egresada de la ENEP Aragón – UNAM, cuando la institución académica ya determinó que si hubo copia de una gran parte del texto de dicha tesis.
Ella insiste, al igual que el primer mandatario, que lo denunciado es una campaña para desprestigiarla a ella y al gobierno morenista, acusando a la Nacional Autónoma de México de no haber analizado bien su trabajo, cuando especialistas en derecho, analistas de todo tipo, hasta la chunga aseveran que, si hay plagio, por lo que demandan su renuncia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Pero no, se aferra al hueso, con la afirmación de que ella es inocente y que ha sido toda una profesional durante su vida laboral, pero no explica las falsedades y documentos que se prepararon para su defensa, que no eran auténticos, además de que mintió a las autoridades cuando señaló que el otro estudiante que aprobó primero su tesis, fue el que la plagió, hechos que el acusado desmintió al comentar que estaba enfermo y que nadie lo había solicitado para explicar estos cuentos que la ministra preparó para evadir las sanciones a las que es una posible acreedora.
Ha insistido la abogada plagiaria, que tiene una carrera de 35 años intachable y de que no tiene nada de qué avergonzarse y que continuará asistiendo a las sesiones de la Corte, para defender los principios democráticos de México y los derechos humanos de los mexicanos, lo que ha hecho que el gobierno federal en voz del titular de Gobernación, quien ha dicho que la Secretaría de Educación Pública no le puede quitar el título a la casi – licenciada y acusó a la UNAM de evadir su responsabilidad.
El mismo López Obrador, en la mañanera, le pidió al rector de la UNAM, que no se hagan de la vista gorda con sus planteamientos que determinen y que se pongan los pantalones y para cancelar el título de la citada, conforme a lo que ellos aseguran fue un plagio, pero que no le eche la bolita a la SEP asegurando que ellos deben actuar primero en consecuencia porque si tienen facultades para ello.
Las mentiras que a diario se emiten en las declaraciones, tanto del presidente de la República, como de sus seguidores, provocan desconfianza de los mexicanos que ya dudan de los dichos presidenciales, porque salen a la luz, datos y hechos, que no son ciertos, como muchas de las promesas que hizo durante su campaña y que hasta la fecha muchas de ellas no se han cumplido.
Los constantes enfrentamientos que se difunden, como las diferencias entre los gobiernos capitalino y de Morelos, por las investigaciones que no coinciden de un posible feminicidio, generan un mal sabor de boca entre los mexicanos, ya que divide aún más al pueblo de México, que ve con malos ojos lo que pueda presentarse a futuro, sobre todo en las próximas elecciones estatales y la presidencial.
El trato que se le da a la elección de candidatos de morena, es un aspecto más de la autodestrucción del partido y de sus huestes, ya que las famosas encuestas que se realizan para decidir quiénes competirán en una elección provoca malestar entre los participantes, porque se considera que son manipuladas, como sucede con los abanderados que compitieron en Coahuila, donde ya hubo división.
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