Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Todo es según el color del cristal con que se mira, dice el refranero popular Y hay que añadir que la historia se acomoda al poder y, más aún, se muestra el avance del alzhéimer o la mala intención política.
Probablemente ya nadie recuerde que el 9 de febrero de 2017, se llevó a cabo un operativo a cargo de la Marina en Tepic, en donde tenían localizada la base de operaciones el H2, líder regional del Cártel de los Beltrán Leyva y desde el helicóptero Black Hawk, salieron las ráfagas mortíferas que acabaron con la vida de 15 sicarios, profesionales asesinos que enfrentaron a las fuerzas castrenses.
En el preludio de la precampaña para las elecciones presidenciales de 2018, el entonces precandidato Andrés Manuel López, clamó a los cuatro vientos: ¡FUE UNA MASACRE!… mataron a jóvenes inocentes. Con el paso del tiempo e instalado en el poder políticos estableció que en su gobierno “no se cometen masacres… “respetamos los derechos humanos… “los criminales también son humanos”. Y una larga de cadena de palabras para justificar la inacción del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional.
Sin embargo, la luz aparece al amanecer, aunque esté nublado.
En aquella ocasión, en 2017, solamente fallecieron los criminales. No hubo bajas, o no se reportaron, de elementos de la Marina.
A casi 5 años de los hechos y a partir de diciembre de 2018, el poderoso Helicóptero quedó en tierra. No se había usado ni en los desfiles militares. El artillado, el completo, el equipado para atacar y defenderse. Ese se resguardó en los hangares de la Secretaría de Marina-Armada de México.
De pronto, sabemos que ya está en funciones. Y el video que observamos el día en que fue capturado Ovidio Guzmán, mostró con toda claridad la estela naranja que dibujaban en el aire las ráfagas de calibre .50 y cómo daban en el blanco.
Los expertos y entrenados marinos, cumplieron la misión y vencieron en la batalla.
El saldo: 10 marinos y 19 criminales formaron el número de la letalidad.
¿Cómo se le llama a eso?
¡MASACRE!
Ese vocablo ya se borro del caset mental del huésped temporal -cada día que pasa le quedan menos- de Palacio Nacional.
Sin reconocer que se trató de una ¡MASACRE! que en lo personal no cuestiono en tratándose de lo que se trató, simplemente sirvió para expresar lo que le cuesta trabajo: la realidad.
Cual si se tratara de un hecho aislado, señaló en su monólogo de este lunes, que la dureza que se utilizó en el operativo militar para detener a Ovidio Guzmán López en la comunidad de Jesús María, no implica un cambio en su estrategia de “abrazos no balazos” para pacificar al país.
“No, son las dos cosas, pero lo fundamental es atender las causas y eso no va a variar, porque consideramos que el ser humano no es malo por naturaleza, son las circunstancias, las que llevan a muchos a tomar el camino de las conductas antisociales, ya sea por necesidad, por pobreza”, expuso el mandatario federal.
Y como de costumbre, la justificación del fracaso en materia del combate a los criminales y el narco que generan violencia, es la “herencia que dejaron los gobiernos neoliberales”.
“No se me va a olvidar que había hasta un comercial sobre ‘la Cheyenne apá’. Era lo que importaba, el neoliberalismo es sinónimo de corrupción y de egoísmo, de individualismo, de no pensar en el prójimo, sino de pensar nada más en uno mismo y se piensa que la felicidad es acumular bienes materiales y dinero y títulos y fama.
“Y se les olvida que la felicidad es estar bien con uno mismo, con nuestro tribunal, el tribunal de nuestra conciencia, estar bien con el prójimo, esa es la verdadera felicidad. Entonces, se fueron distorsionando las cosas, afortunadamente resistimos, porque no nos eclipsó por completo, o sea, no terminó por oscurecerlo todo la mancha negra de la ambición”, sostuvo.
NR: (Si alguien puede descifrar este galimatías, mucho agradeceré me lo explique).
Lo ocurrido había dejado buen sabor de boca, porque se presumía que finalmente las fuerzas castrenses harían el trabajo para el que fueron entradas. No contábamos con la “astucia” presidencial.
Y nos perdimos cuando supusimos que dejaría de lado la terquedad y tomaría medidas que permitieran pacificar al país.
Porque su no estrategia de “atender las causas que llevan a los jóvenes y no tan jóvenes a delinquir, no tiene para cuándo dar resultados.
Señor presidente: la muerte de 29 personas -no todas humanas, a pesar de sus aseveraciones- tiene un solo nombre: MASACRE
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