Miles de fieles y peregrinos de todo el mundo se reúnen en la plaza San Pedro del Vaticano para despedir al papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado 31 de diciembre. El sumo pontífice dirigió la Iglesia católica durante ocho años hasta 2013 y dejó el cargo por problemas de salud, así se convirtió en el primer pontífice que dimitía en siglos.
Su cuerpo permanecerá en la Basílica de San Pedro hasta el funeral, el 5 de enero, para que los fieles puedan despedirse y expresarle sus respetos. En una primera ola de visitas, el Vaticano calculó una afluencia de 15.000 personas.
El funeral está previsto para el mismo 5 de enero y será dirigido por el propio papa Francisco.
Joseph Ratzinger, el nombre civil del papa emérito, será inhumado en la tumba de las Grutas vaticanas que previamente ocupó el papa Juan Pablo II y de donde fue retirado tras su canonización, confirmó la oficina de prensa del Vaticano a cargo de Matteo Bruni.
Ratzinger «viste ornamentos litúrgicos rojos, mitra blanca, zapatos negros, sin palio ni cruz pastoral. Entre sus dedos entrelazados, un rosario. Hay quien se persigna de rodillas, quien intenta robar una instantánea con su smartphone o simplemente se detiene a mirar», detalló el Vaticano.
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