Australia y Canadá se han convertido en los últimos países en imponer restricciones a los viajeros procedentes de China. Ambos países exigirán un resultado negativo en una prueba del Covid a las personas que llegan del gigante asiático a partir del 5 de enero.
Al igual que el resto de países que han introducido medidas similares, estas surgen debido a la preocupación por la falta de datos sobre la cifra de contagios en China y el temor a la posibilidad de que se propaguen nuevas variantes, afirma el ministro de Sanidad de Australia, Mark Butler.
«Lo que sabemos a través de Europa, Norteamérica y gran parte del mundo, es que surgen variantes emergentes con bastante regularidad que, son esencialmente, subvariantes de la familia Ómicron. Algo con lo que, por desgracia, los australianos han estado muy familiarizados en los últimos 12 meses. Realmente este es el impulsor clave de las olas en todo el mundo. Y, francamente, parece ser la principal causa de la ola que está en marcha en China en este momento», dijo el ministro.
La disminución de las restricciones aún no impulsado los viajes internos en China. El centro de juego de Macao no ha recibido el número de turistas esperado por las empresas y, a partir del 8 de enero, Hong Kong planea reanudar la actividad en los puestos fronterizos con China y en Macao. (euronews)