La Ministra y el Plagiario

A Vola Paso

GERARDO LAVALLE

En su cuenta oficial de Twitter, la ministra Yasmín Esquivel Mossa afirma que el alumno -Edgar Ulises Bárez- admitió que “…de ese trabajo tomé varias referencias y texto, y pude tomar varias partes importantes del trabajo de ella en el año de 1985 y 1986’.

La ministra afirma que la admisión del plagio de su obra fue hecha ante un notario público, del que no ofrece su nombre, en dónde se encuentra y con qué número de patente opera la notaria se encuentra registrado.

Según lo escrito por Esquivel Mossa, se confirma que la autoría original del trabajo es mía. “El otro alumno reconoció que tomó mi proyecto de tesis que comencé a elaborar desde 1985 y que estaba en posesión de la directora de tesis”, aseguró

En un comunicado publicado en sus redes sociales, la ministra dijo que cree “en la transparencia y en la honestidad”.

“En este proceso en el que he sido objeto de una campaña de mentiras y difamaciones sin sustento, he emprendido diferentes acciones a través de los canales competentes de las instituciones oficiales, para demostrar que la verdad está de mi lado, y así, cuidar los asuntos de justicia y certeza jurídica”, indicó y añadió que “intereses ajenos” -sin revelarlos- han querido intervenir en la decisión que deben tomar las ministras y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el próximo 2 de enero, cuando elijan a su nuevo presidente.

“Yo respeto a las instituciones y su autonomía. Por ello, únicamente me he enfocado a presentar por las vías institucionales un sinfín de pruebas contundentes que demuestran que soy la autora original de la tesis Inoperancia de los Sindicatos en los Trabajadores de Confianza del Artículo 123 Apartado A, con ello se corrobora que soy víctima del plagio de la obra, como lo di a conocer en su momento”, dijo.

La afirmación de la ministra exhibe que no se defiende de las denuncias de plagio sino de su interés en ser la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo que revela la presión presidencial por hacerse del control del Poder Judicial de la Federación,

Sus supuestas pruebas de que la tesis que presentó no fue plagiada, no indican cuándo el alumno Báez acudió ante un notario a “confesar ser el plagiario”, omite el nombre del fedatario, ignora el llamado de la FES para acudir a una reunión para defender lo que a su derecho convenga y no aporta documentos notariales de la “confesión” de su ahora “plagiario”.

Si la FES no emite una sentencia sustentada en pruebas y se deja llevar por las presiones políticas emitidas desde la Presidencia de la República, el último bastión de la defensa del Estado de Derecho habrá caído en las fauces de la hambrienta y devoradora cuatroté.

Foto: archivo

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