DAVID MARKLIMO
Por muchas razones, 2022 ha sido un año negro, tirando a nefasto. Uno nunca espera que esa máxima de Cioran se cumpla: no hay situación que, por desagradable que sea, no pueda empeorarse. Pero aún así, el estado tenebroso, oscuro y nefasto es un ambiente donde se puede producir arte. Es lo que en literatura se llama “novela negra”.
Como el año termina, parece buena idea exponer cuáles han sido los libros de este género que más han llamado la atención. No necesariamente son los mejores ni los que más han vendido, pero si son un listado de aquellos que han generado más impacto y debate en los lectores.
Las horas oscuras de Michael Connelly (AdN). La detective de noche Renée Ballard, se encuentra en esta ocasión entre dos casos en medio de una sociedad todavía golpeada por el covid: uno de violaciones cometidas por dos agresores en serie a la vez; y el de un asesinato de un antiguo pandillero que se cruza con un caso antiguo del detective Harry Bosch, un personaje creado ya hace muchos años pro Connelly. Ballard tiene fuerza como personaje propio, aunque distinguimos en su quehacer rasgos morales de Bosch, pero es en ese universo policial donde encuentra su verdadera dimensión.
Maldita suerte de Lawrence Osborne (Gatopardo). Lord Doyle pasa días interminables jugando en los casinos de Macao. Pero no es lord y es probable que ni siquiera se apellide Doyle. Se trata de un perdedor nato, como tantos que pueblan las noches sin fin de la meca asiática del juego, que robó una buena cantidad a una rica heredera antes de huir para siempre del Reino Unido. Es un libro soberbio construido solo con la obsesión, y la voz, de un hombre que se esfuerza por destruirse. Los personajes secundarios que se cruzan con él (millonarios, prostitutas, jugadores adictos, directores de casinos) son pequeñas joyas narrativas construidas con tres pinceladas.
Descenso a la noche de Hervé Le Corre (Reservoir Books). Se nos plantea la historia de un policía, Pierre Vilar, que lo perdió todo el día que su hijo de 10 años desapareció. Poco dado a sentimentalismos, Le Corre ofrece a partir de este punto una historia policial que, mezclada con otra de aprendizaje de un joven con la que luego se cruzará, deja al lector satisfecho con una lectura de calidad y sobrecogido por la intensidad del viaje a lo oscuro.
Los pecados de nuestros padres de Asa Larsson (Seix Barral). Una de las escritoras más populares del llamado boom nórdico cierra la serie protagonizada por la abogada Rebecka Martinsson con esta sexta entrega. Martinsson tendrá que investigar en esta ocasión un misterio en varias capas, del que es mejor no desvelar mucho, en una región dominada por la nieve y con su capital, Kiruna, presa de los intereses de una mina que alimenta y devora a quienes la rodean. No hace falta haber leído las anteriores entregas.
Decíamos al principio de este año un poco nefasto. Llega un nuevo año y quizá habría que recordar esa máxima de Rock 101, esa estación que ya no existe: a los que se alegran por el año que termina, se les avisa que ahí viene otro nuevo.
