El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, informó que Moscú planea prohibir los envíos de petróleo y sus derivados a los países que se unan al tope de precios acordado por países de Occidente.
Ante esta decisión, agregó Novak, Rusia está lista para reducir su producción entre un 5 y un 7% a principios de 2023.
«Para principios del próximo año podríamos tener una recorte de entre 500.000 a 700.000 barriles diarios», advirtió.
Asimismo, Nóvak declaró que los recursos energéticos de Rusia tendrán demanda, sin ellos es difícil garantizar el desarrollo de la economía mundial.
«A pesar del desarrollo de la energía solar y eólica, los hidrocarburos seguirán siendo clave en el sector energético durante mucho tiempo. Por lo tanto, nuestros productos seguirán teniendo demanda, estamos seguros de ello», declaró Novak en una entrevista al canal de televisión Rossia 24.
Sin los recursos energéticos rusos, o los productos derivados, será difícil garantizar el desarrollo económico en el mundo: la mejora de la calidad de vida, el suministro de energía, la seguridad energética», añadió.
La respuesta rusa llega luego de que en la primera semana de diciembre, el Grupo de los Siete (G7), conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Italia y Japón, así como la Unión Europea y Australia se negaron a adquirir petróleo ruso a un precio mayor de 60 dólares.
Dicho límite prohíbe a las empresas de estos países proporcionar servicios y envíos, como seguros, intermediación y asistencia financiera, necesarios para transportar el petróleo ruso a cualquier parte del mundo, a menos que el crudo se venda por debajo del umbral acordado.
Tras esto Rusia dejó en claro que no aceptará este tope ni va a exportar nada a ese precio y y aseguró que su petróleo seguirá teniendo demanda en los mercados internacionales.
Expertos y analistas han advertido que la decisión de Occidente podría acarrear graves consecuencias para el mercado energético y en materia económica, pues esto obligaría a los países occidentales a pagar más por sus importaciones de crudo, alimentando así la inflación y profundizando la recesión. (Sputnik)