Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Leí con interés la información de la “espectacular” llegada de marinos a las playas de Acapulco, que tendrán a su cargo la seguridad durante las vacaciones.
La nota periodística publicada en El Sol de Acapulco y firmada por el reportero Enrique Hernández, inicia así:
“Como si fuera un desembarco de militares que combaten a grupos delictivos, la Secretaría de Marina, a través de la Décima Segunda Región Naval, puso en marcha su programa Operación Salvavidas Invierno 2022 en el que participan 325 elementos que recorren las playas desde Barra Vieja a Pie de la Cuesta para dar seguridad a los visitantes.
“La puesta en marcha del operativo que estará vigente hasta el próximo 6 de enero fue en la zona de la Costera Miguel Alemán, avenida donde en los últimos días se han registrado enfrentamientos de grupos criminales, ejecuciones y asaltos a mano armada a negocios y derechohabientes de bancos.
“El banderazo de inicio fue por hecho por el almirante Julio César Pescina Ávila, comandante de la Décimo Segunda Región Naval, quien aseguró que con estas acciones se reafirma el compromiso de salvaguardar la vida de los ciudadanos por parte de las y los efectivos de la Marina. Al arrancar la Operación Salvavidas, los elementos de la Armada de México realizaron ejercicios de rescate anfibio a bordo de embarcaciones, así como salvamentos en playa”.
No dudo de la habilidad histriónica de los marinos. Se observa en las fotos cómo buscaron parecerse a los soldados profesionales que llegaron a las playas de Normandía y cuyo desembarco marcó el inicio del fin para las fuerzas de Hitler. La diferencia es que aquellos, los que ganaron la Segunda Guerra Mundial, lograron el control de la zona el 6 de junio de 1944. La acción de lis aliados fue bautizada como el “Día D”.
Los marinos mexicanos, sin demeritar sus importantes aportaciones para intentar, solamente eso, frenar la violencia y dar seguridad, no han podido, por lo menos en Acapulco, contenerla y los criminales siguen haciendo de las suyas en plena zona turística.
Me extraña el protagonismo cinematográfico, cuando lo que hace falta es un director que sepa cómo enfocar las escenas y tener conocimiento de cómo borrar a los enemigos para que la victoria sea real y no una faramalla.
El almirante Pescina Ávila no me deja mentir cuando señaló el propósito de la presencia marinera en Acapulco. Dijo: La Secretaría de Marina tiene como objetivo proporcionar seguridad y vigilancia a fin de salvaguardar la vida humana en la mar, así como la integridad de las personas que acuden a las playas nacionales, aguas interiores y líneas de costas como lo es durante el presente periodo vacacional en el que las playas del puerto de Acapulco se verán concurridas por turistas nacionales y extranjeros que disfrutan las vacaciones y demandan seguridad durante su estancia”.
Con todo respeto al almirante y sus mandos superiores, Acapulco está sumergido en la violencia desde hace una década y ni la Marina, ni el Ejército ni la Guardia Nacional, han logrado pacificarla.
Hace unos días platique con el presidente de Canaco-Servytur de Acapulco, y me confeso, con dolor y angustia, que pese a todos los esfuerzos la situación ha empeorado y para que Acapulco vuelva a ser lo que fue pasarán cuando menos 5 lustros.
Un dato estremecedor es el número de personas asesinadas no solamente en las colonias populares sino en las zonas de poder adquisitivo como Diamante y la turística de la Costera. A la violencia se suman la ausencia de turismo extranjeros que abandonó la otrora llamada “Perla del Pacífico”. Solamente los canadienses que se acostumbraron a todo y que por lo general están en las playas Las Glorias, rumbo a Barra Vieja. Europeos y estadounidenses cambiaron de aire y ahora disfrutan el caribe mexicano.
¿Con una mala actuación en una magnífica escenografía natural se acabará la violencia?… ¿los criminales les temen a los marinos?… ¿se irán de vacaciones a otros lares para dejar Acapulco en paz?
¡Bah!
Faramalla mediática.
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