Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Durante las recientes semanas, aunque el problema viene de tiempo atrás cuando Florencia Serranía, el Sistema de Transporte Colectivo, Metro, ha fallado en todas sus líneas con el consabido reclamo de los 5.5 millones de usuarios cotidianos.
El deterioro del transporte colectivo más importante del país, se agudiza de manera alarmante mientras se anuncia la “compra de nuevos convoyes”, la adquisición de equipos de cómputo junto con modernos sistemas para el Centro de Operación; se dice que la Línea 1 avanza en su remodelación, la otra 5, que la 12 ya está a punto de ser puesta en operación –solo la zona subterránea-, que la A recibe mantenimiento y etcétera, etcéteras, etcétera.
Los avances no se notan.
Millones de usuarios se quejan por las descomposturas atribuidas a “cortocircuitos”, a que algún pasajero arrojó el paraguas, se metió un perro o alguien se quiso suicidar.
A estas observaciones, hay que sumar la presencia de criminales que “trabajan” en los andenes y roban a decenas, cientos de personas cada 24 horas. Abusan de las mujeres y de los adultos mayores
La vigilancia por parte de la Policía Bancaria e Industrial, es poco menos que ineficientes. Se mira a las mujeres policías y también a los varones, pegados al celular y no en el cumplimiento de su deber.
Súmele la presencia de drogadictos que, fuman, se inyectan, beben frente a las “autoridades” y nada hacen por aplicar la ley. Vaya, incapaces de llevarlos ante un cívico.
La jefa de Gobierno relevó a su vecina, cuata y amiga cuando la tragedia del 3 de mayo de 2021 y en su lugar designó al señor Guillermo Calderón Aguilera que, se toma el tiempo suficiente para informar qué se hace para mantener en funcionamiento de los convoyes.
Los trabajadores sindicalizados no dejan de alertar de las fallas que registra el sistema y afirman que no son escuchados.
¿Por qué el Metro falla un día sí y otro también?
Por un solo detalle: ¡falta de mantenimiento!
Sin que sea novedad, la propia exdirectora del Metro, despidió al subdirector general de mantenimiento y se autoasignó el cargo.
Como directora y subdirectora, reconoció que no contrató a otro ingeniero para suplir al que había despedido. Por tanto, el mantenimiento pasó no a segundo lugar, sino al doceavo.
Los anteriores Jefes de Gobierno, concediendo que el sistema era menos anciano, trataron de mantener en operación, de la manera más correcta, el servicio. Sin embargo, al llegar la novia más famosa de estos momentos en el ámbito político, todo cambió … para mal.
Y hay no visos de que la preocupación de los usuarios le quite el sueño a la científica y al responsable designado por ella para atender las fallas y brindar un servicio, si no de primera, tampoco de pollero.
Hay que meditar y peguntarse: ¿cómo sería vivir en la Ciudad de México, sus habitantes, sus visitantes, sin el Metro?
¡En el caos!
Por tanto, urge que la muñequita preferida del profesor, ponga atención y cumpla sus responsabilidades y se baje del tabique que la mareó y la hace soñar con ser la primera presidenta de México.
Si no logra hacer un buen gobierno en la Capital del país ¿se imagina que hará al frente de toda la República?
Provoca escalofríos solo de pensarlo.
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