Al confesar que “me molestó mucho la resolución de los ministros de la Corte, impedir la detención o la prisión preventiva a delincuentes de cuello blanco”, el presidente López Obrador anunció que habría que reformar la Constitución para que vuelva a establecerse esta figura en contra de las personas que cometen fraudes fiscales.
Recordó que su gobierno impulsó que se catalogue la defraudación fiscal como un delito grave, porque durante las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto proliferaron los negocios ilícitos como la venta de facturas falsas.
“Hay que buscar la forma de reformar la Constitución para que vuelva otra vez. Volver de nuevo a una iniciativa, pedirle a los constitucionalistas sobre cómo hacerle para que sea delito grave la defraudación fiscal, que no sea un asunto que se tenga que ventilar por la vía civil, sino penal”, dijo.
“Ahora la Corte resuelve que pueden salir bajo fianza si no se demuestra en un plazo, si no hay sustento, si no hay bases, todo un truco para que con argucias legaloides salgan”, señaló
