MIRZA GÓMEZ
No solo en México tenemos la urgencia de combatir el cambio climático, este desde hace años se convirtió en un problema global en el que se requiere la cooperación de todas las naciones.
La 27ª Conferencia de las Partes (COP27) de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebra entre el 6 y el 18 de noviembre en Egipto tuvo como temas principales la urgencia por atender y disminuir los eventos climáticos extremos que suceden en todo el mundo, la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania y el consenso científico de que el Acuerdo de París será muy difícil alcanzar si continuamos emitiendo gases de efecto invernadero (GEI) cómo se hace actualmente.
Actualmente ningún país se ha salvado de sufrir desastres naturales provocados por el cambio climático; estos cambios extremos han logrado graves incendios forestales en Australia y Estados Unidos, las olas de calor en el continente europeo y esto ocurre en un panorama donde apenas se aumentó 1,1 grados Celsius a nivel mundial, cuando urgentemente debemos mantener 1,5 grados Celsius. Ningún continente, ningún país podrá salvarse de los embates de la naturaleza provocados por el clima extremo.
Las naciones siguen dependiendo de los combustibles fósiles, el mundo está experimentando una llamada “fiebre del oro” para nuevos proyectos de energías fósiles, la alternativa de utilizar energías renovables aún está lejos de ser una realidad.
Resolver la crisis climática no solo va de la mano de tener buena voluntad, se necesitan recursos de manera extraordinaria para cambiar la adicción a los combustibles fósiles que tenemos como humanidad, el planeta está en riesgo de seguir atrapado en la dependencia de los combustibles fósiles que desde la revolución industrial solo ha mermado la salud de nuestro planeta.
La relación de la Agenda 2030 y la COP27 muestran un lazo muy cercano, ya que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) suponen que exista un llamado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para enfrentar esta problemática que es a nivel mundial y este no solo contempla un mundo sostenible, sino también la igualdad de oportunidades y el respeto de los derechos humanos, es por eso que toda nación que esta anexada a la ONU tiene la obligación de cumplir con sus obligaciones.
En México, tenemos una política pública que sigue dañando y sigue abonando al cambio climático, el actual gobierno no actúa conforme la Agenda 2030, ni encamina sus trabajos a tener un desarrollo sostenible desde el punto de vista climático, de Reducción de Riesgo de Desastres (RRD) y de respeto de los derechos humanos.
El papel de la ciudadanía debe de ser ejemplar, cada quien debe poner su granito de arena, ya que nos encontramos en un punto sin retorno, la comunidad científica nos ha advertido que el objetivo es mantener la temperatura por debajo de 1,5 Celsius, está lejos de ser una realidad, los agendas de los diferentes países y sus compromisos hasta el 2030 muestran que el mundo tendrá un aumento de temperatura de 2,5 grados Celsius, algo que sin duda nos estaría llevando a catástrofes inimaginables dejando un futuro muy incierto para muchas regiones del mundo
Los ciudadanos del mundo debemos de disminuir nuestra huella de carbono; en México debemos exigir al gobierno medidas eficaces para proteger nuestro entorno y regresar algo a nuestra naturaleza, para que podamos cuidar nuestros ecosistemas.
Aún contamos con una nación democrática, la misma sociedad debe de exigir a sus representantes, que garanticen un futuro donde la voluntad política sea una realidad en la aplicación de los programas, recursos y no solo sea algo ficticio como el programa Sembrando Vida, que sigue sin dar resultados positivos para ayudar en esta emergencia climática.
Como Diputada Federal, como ciudadana responsable, acepto la encomienda para ayudar a salvar al planeta, desde México luchare porque las energías renovables sean una realidad para todos, la mitigación, la adaptación, la transformación a ciudades resilientes, el financiamiento y la colaboración de todos, debe de ser hoy más que nunca temas principales en nuestra agenda política.
El mundo nos necesita.