Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Ser competidor en una liza electoral y resultar derrotado, marca el destino por los siguientes 6 años, en este caso.
El Poder Legislativo, federal y de los Estados, tiene la facultad de elegir de entre tres o cuatro aspirantes, al Fiscal General. La propuesta, a nivel federal, la realiza el presidente de la República. En algunas entidades, lo hacen los gobernadores y en otras el Legislativo hace la convocatoria y acuden a registrarse quienes supongan tener las cualidades para ocupar el cargo.
Es el caso de Nuevo León, en donde 65 personas atendieron la convocatoria y los legisladores cernieron hasta llegar a 4.
De ellos, el más reconocido por haber sido Procurador General en el pasado, es Adrián de la Garza, quien también fungió como alcalde de Monterrey.
Como político de carrera, fue postulado por el PRI para competir por la gubernatura con rumbo a suceder a Jaime Rodríguez, El Broco, primer y único mandatario que ha llegado al cargo por la vía de candidato independiente.
Enfrentó a Samuel García Sepúlveda, postulado por Movimiento Ciudadano. Experto, junto con su esposa en el manejo de redes sociales, logró penetrar en el electorado al presentarse como es: frívolo. Y ganó. La diferencia fue notable. Imposible desconocer el trabajo de campaña realizado. Convenció y venció.
De la Garza no tuvo más remedio que aceptar su derrota y retirarse para esperar la oportunidad de regresar a la política activa. Y la encontró en la convocatoria de los legisladores para encontrar la persona idónea para ocupar el cargo de Fiscal General, a raíz de la renuncia del anterior, Gustavo Adolfo Guerrero, por el escándalo en el feminicidio de Debanhi Escobar.
Sin embargo, De la Garza no evaluó la reacción del gobernador.
Samuel García argumenta que, durante la campaña electoral, De la Garza se metió con él y su familia a través de acciones de espionaje.
¡Vaya explicación para vetar a quien derrotó!
El mandatario se encuentra en Egipto. ¿De vacaciones o en misión oficial?, nadie lo ha dicho. Desde allá emitió su vetó y ordenó al secretario de Gobierno, Javier Navarro, presentar ante la Oficialía de Partes del Congreso Estatal, el documento correspondiente. El del VETO.
En su momento estelar, el gobernador envió el mensaje:
«Buenos días, Nuevo León, quiero informarles que, derivado de las noticias y de la página del Congreso del Estado, me he enterado que los nombres de las personas que decidieron los diputados que pueden ocupar el cargo de fiscal del estado, voy a insistir de lo que estoy plenamente convencido, la Fiscalía no puede ser una cuota política porque sobre esa institución recae la responsabilidad de garantizar la seguridad y la justicia de Nuevo León. Además, todos los aspirantes deben tener un perfil específico y de la Garza no los cumple.
«Quien sea designado fiscal debe tener un perfil independiente, preparado, entrón, profesional, una experiencia técnica, dispuesto coordinarse con Fuerza Civil. No puede por ningún motivo responder a los partidos políticos y mucho menos ser uno de los principales actores de la vieja política. Por esto, he decidido, haciendo uso de las facultades de la Constitución, vetar la inclusión de Adrián de la Garza en la terna final que será votada en el Congreso», leyó.
Según el mandatario, el veto lo ejerce porque Adrián de la Garza cometió actos de espionaje.
¿Cuáles fueron?
Los videos que difundió durante la campaña.
EL veto demuestra, una vez más, que los rencores anidados por las batallas electorales no se olvidan.
Y para prueba basta escuchar -si tiene mal gusto-, leer -si no tiene otra cosa- y mirar -¡cuando le sobre el tiempo y esté convencido de que es una persona con problemas mentales-, lo que todos los días recuerda Andrés Manuel López: su derrota en 2006, que le impidió iniciar, desde entonces, la destrucción del país que, a estas alturas ya habría estado consumada.
El veto, facultad de los poderosos.
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