Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
En el periodismo hay una máxima: nota importante después de una semana ¡vuelve a ser importante”. No siempre resulta cierto. Los primeros en dar la de ocho, con todo el derecho del mundo, cuestionan la falta de profesionalismo del colega y llaman “refrito” a la reedición de la información.
Lo mismo ocurre cuando alguien como Manuel Espino “descubre el hilo negro y el agua tibia” al proponer un “pacto con los narcos -y crimen organizado-“ para alcanzar la “paz en el país”.
¡El Pacto ya Existe!
Si alguien tiene contacto con Ovidio Guzmán, que le pregunte.
O que a algunos gobernadores, presidentes municipales, jefes policíacos, militares y funcionarios federales les formulen la pregunta.
De acuerdo con carpetas de investigación de la Fiscalía General de la República y de una veintena de fiscalías estatales hay decenas de detenidos por sus “nexos con el narcotráfico y el crimen organizado”. Todos los imputados habían pactado con los criminales. Dejan pasar las drogas, se hacían de la vista gorda y a cambio recibían “tranquilidad” además de cuantiosas sumas. Manuel Jurídicamente forman parte del crimen organizado.
Manuel Espino propone algo que ya existe, por lo tanto, es un refrito. Y si durante su paso como jefe nacional del PAN entre 2005 y 2007, propuso algo similar a Vicente Fox y Felipe Calderón, habría que concederle la razón al presidente de la República que ha involucrado, sin imputarlo ante la autoridad correspondiente, a ambos expresidentes.
Ante el fracaso de la política de seguridad en el país y la dogmática expresión “abrazos, no balazos”, que ha permitido la expansión de actividades de los criminales, la propuesta tiene más fondo del que parece y no porque sea novedosa, sino porque seguramente el proponente tiene experiencia en la materia.
Hacer pública su intención y sostener que habló con el presidente de la República al que le solicitó no cerrar la puerta a la idea, seguramente no sorprendió al huésped temporal de Palacio Nacional. Porque no es uno sino varios los señalamientos de que hay pacto.
Porfirio Muñoz Ledo fue uno de los que se lanzó a la yugular del señor López y lo acuso de manera directa y sin rodeos, de haber pactado con el crimen organizado.
La respuesta fue: si tiene pruebas, preséntelas.
Desde el púlpito guinda, ha salido la acusación, hasta ahora no comprobada por el Poder Judicial de Estados Unidos, de que Genaro García Luna pacto con los criminales y que recibía los portafolios de metal con la misma suma siempre: 5 millones de dólares. Luego, entonces, conceder sin aceptar, el pacto existió y existe.
Al general Salvador Cienfuegos, lo imputaron en Estados Unidos y estuvo detenido, por una investigación realizada por agentes de la DEA que, presuntamente, confirmaron la relación del militar con el Cártel H-2m con su centro de operación en Nayarit. ¿Había pacto?
Liberado por presiones de altos mandos militares, fue investigado por la FGR que, al final, lo exoneró de toda culpa.
José Luis Abarca, expresidente municipal de Iguala y apuntado como partícipe en la desaparición de los 43 estudiantes, también fue imputado su relación con los Guerrero Rojos y acusado de proteger la siembra y el trasiego de amapola.
Luego, entonces, no solo ha existido o existe un PACTO. Hay muchos a lo largo y ancho del país Recientemente se ventiló que el jefe de gabinete de la alcaldía de Puerto Vallarta, Salvador Llamas, asesinado en el centro comercial de Zapopan hace dos semas, llevaba una mochila que desapareció de la escena del crimen. Las versiones que circulan apuntan a sus nexos con los criminales.
¿Cuántos más?
No hace falta un NUEVO pacto.
El que prevalece está a la vista.
Aunque lo nieguen y rechacen el señor López y se sume el señor Ebrard.
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