*Sesenteros la Mayoría de Aspirantes a la
Presidencia en 2024
*El 80% son Hombres; los 18 Cuentan con
Título Universitario
*Precandidatos que no Avancen, se Treparán
a las Mallas Elásticas
EZEQUIEL GAYTÁN
Ante la intención generada por el presidente López Obrador de jugar a la sucesión presidencial mucho antes del quinto informe de gobierno y tratar de controlar a las facciones amorfas de su partido, el presidente de la República impulsa a Adán Augusto López, abogado de 59 años; Marcelo Ebrard, internacionalista de 62 años y, Claudia Sheinbaum, física de 60 años. Aquí incluyo el nombre de Ricardo Monreal, abogado de 62 años quien al parecer no está en el radar presidencial. Todos ellos son de Morena y están convencidos de que su partido seguirá en el poder el próximo sexenio.
Algunas de las consecuencias son que los otros partidos políticos también han iniciado a barajar nombres, así tenemos que hasta el momento por el PAN están Santiago Creel, abogado de 67 años; Juan Carlos Romero Hicks, relaciones industriales (67años); Mauricio Kuri, abogado de 53 años; María Eugenia Campos, abogada de 47 años; Mauricio Vila, abogado de 42 años y, Lilly Téllez, comunicóloga de 54 años.
Por el PRI están hasta el momento Enrique de la Madrid, abogado de 60 años; Alejandro Moreno Cárdenas, abogado de 47 años; Beatriz Paredes, socióloga de 69 años y, José Ángel Gurría, economista de 72 años.
Por el PRD está Silvano Aureoles, ingeniero de 57 años.
Por Movimiento Ciudadano, hasta el momento, se han escuchado en los pasillos de la política los nombres Enrique Alfaro, ingeniero de 49 años; Samuel García de 35 años y, Luis Donaldo Colosio Rojas, abogado de 37 años.
Pero esos son nombres y edades que hasta el momento han levantado la mano o permiten que sus nombres circulen en los pasillos de la política. No hay espacio para incluir alguna micro biografía política de cada uno de esos 18 nombres. Sólo puntualicé sus estudios y edades a fin de que los estimables lectores sumen el dígito ocho y así sabrán la edad con la cual terminaría cada uno su gestión presidencial. Empero ni están todos lo que son, ni son todos los que están.
Lo primero que se observa es que son 14 varones (80%) y cuatro mujeres (20%). Las profesiones nos indican que diez son abogados (55%), dos ingenieros (10%) y el resto (35%) son de diferentes carreras. De ellos dos están en los treinta (10%), cuatro ya son cuarentones (24%), cuatro ya están en los 50 (24%), siete ya pasaron los 60 (38%) y uno tiene más de 70 años (4%). En otras palabras, la mayoría de los nombrados recae en personas sesenteras que cuando acabe su gestión, si es el caso, estarán rosando los 70 años o los habrán cumplido.
Todos los nombrados tienen estudios universitarios y señalo cuanto antes que, aunque no lo precisé, 17 de esas personas han sido electas a cargos de representación popular, ya sea a los poderes legislativos y/o ejecutivos. La única excepción es José Ángel Gurría, quien tal vez tiene el Currículum más completo en términos de experiencia como servidor público en México y en el extranjero. Sin menospreciar el resto de los curricula.
Lo arriba descrito sólo son dieciocho nombres que están en voz de la opinión pública. Se trata de personajes con militancia partidista, carrera legislativa, cargos administrativos y que han permitido que se les considere como aspirantes a ocupar el cargo de titular del poder Ejecutivo Federal.
Las fuerzas vivas no acaban de manifestarse. En otras palabras, las agrupaciones gremiales como el magisterio, los sindicatos obreros y las organizaciones campesinas tampoco han exteriorizado públicamente alguna adhesión. Tal vez es notoria cierta ansiedad de algunos grupos empresariales, pero no de sus organizaciones cupulares.
Lo anterior significa que la coyuntura aún no está dada en términos del banderazo de la sucesión presidencial, ya sea del partido oficial y de los otros partidos. No obstante que el presidente López Obrador insista en manipular a sus precandidatos y llamarlos, medio en broma y medio en serio, corcholatas. Léase, no hay transformación en los rituales, ni en las reglas no escritas del sistema político mexicano, así como tampoco hay ingenuidad de los aspirantes. Todos saben que las fechas importantes aún no llegan y, por lo mismo, todos preparan sus arsenales. De esos 18 nombres, en la medida en que se acerque el quinto informe de gobierno, sabrán desplegar sus estrategias, ya sea de retirada y formación de alianzas o ya sea de continuar hasta la elección y, de ser posible, triunfar. Sólo llegarán tres o cuatro de esas personas a ser candidatos y sólo uno será el ganador. Pero no todos serán necesariamente perdedores. Algunos sabrán treparse a las mallas elásticas de cargos de representación popular en el poder legislativo.
