ALFREDO MEJÍA MONTOYA
Solo en una administración como la que comanda el presidente Andrés Manuel López Obrador, es posible que se sucedan hechos tan inverosímiles, surrealistas y un manejo tan desaseado de la política. La ventana para ello son las matinales que tienen como objetivo repetir y repetir sus dichos que, aunque sabe que son mentiras, en el conglomerado popular van permeando hasta convertirse en una regla y por ende para ellos ciertas, pese a lo faccioso en que se hayan expuesto.
La carencia de claridad en sus conceptos profundos, hacen aún más malévolos y ruines sus comentarios, ya que abusa y manipula la percepción de sus adeptos y fortalece su credibilidad, cuando él dice que prefiere de un individuo del servicio público un 90% de honestidad y 10% de preparación técnica, mensaje que envía en forma subliminal a sus seguidores y asimilen esa regla, poniendo énfasis en la versión emocional que pondrá su discurso en los umbrales de la convicción y pasión para atraerlos más y hacer que le sigan al precipicio aunque en su apoyo incondicional les estén destruyendo su futuro y sus sueños.
Más énfasis pone cuando se trata de una declaración sensacionalista e impresión desbordante, que capta la atención mediática, que acapara la agenda noticiosa diaria de los medios y continúa durante varios días, es como abrir hilo, llenando espacios importantes de noticias generales y selectivas. Las prédicas matutinales, las verdades a medias o mentiras completas serán recibidas por medios y redes sociales, así como en los cortes informativos, spots, con ese impacto que él desea, y que van encauzados a maravillar a toda esa cantidad de adeptos y seguidores, en su simplicidad de comprensión e implícita falta de cultura que siguen tan solo a un paradigma como plataforma de su cosmovisión. De ahí, el surrealismo, pues él mismo considera que es cierto lo que dice y lo que comenta.
El tema de la escandalosa intromisión digital a los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) es una prueba de ello, cómo es posible que, en la etapa de mayor tecnología en el mundo, un sistema de seguridad nacional sea vulnerado tal y como fue, cuando la tecnología nos arrasa, nos invade y nos confunde.
Tenebrosamente López Obrador se adelanta y afirma que los Hackers provienen del extranjero, cuando no tiene pruebas de ello. ¿Por qué no consideró que la otra opción también es tan real como la que el afirma? Basta recordar que, desde inicios de su mandato, se ha dedicado a dividir al pueblo, a la ciudadanía, a las instituciones y el libre albedrío de cada uno siempre será diferente, no es posible pensar que el acto criminal pudo provenir del interior del territorio nacional, de los enemigos creados en cuatro años, de las instituciones en las que más debería confiar, es otra posibilidad. No todos están contentos en cómo ha conducido al país y los enemigos la mayor de las veces pueden provenir de los más cercanos, de los que más ha apoyado, hasta de la familia burocrática, porque lo que, si es cierto, ha dañado, ofendido y vilipendiado a más de uno y basta con ese uno para iniciar un contrapeso que lesione la credibilidad de alguien y de muchos otros.
Sobre todo, si se dice que son 6TB de información. A quién le hizo tanto daño con sus retóricas matinales; a quién le negó el favor recíproco, cuando había recibido muchos por más de veinte años… ¿a quién?
Por otra parte, a quién perjudica más los otros datos e información que contienen esos archivos; a quién le dolería una herida que se abre de nueva cuenta con la apertura de ellos, heridas abiertas en su administración y que pueden replantear la victoria o derrota política; a quién perjudica más la aparición el mismo día del libro El Rey del Ca$h de Elena Chávez, Ed. Grijalbo, con prólogo de Anabel Hernández. Libro que el equipo de inteligencia del primer mandatario no pudo detener su distribución como eran sus deseos. Y bien sabemos que en política no hay coincidencias. Todo tiene un cúmulo de intereses atrás de algún acontecimiento y quién lo va a aprovechar o cómo lo van a manipular a su conveniencia, recordemos viene el 2024. Aunque parezca adivinanza.
“En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera.” Franklin D. Roosevelt
Ahora sí que aprovechando la Norma de Austeridad Republicana; el subejercicio criminal que del presupuesto federal se promovió desde palacio en 2020 y 2021; culminando con la ahora austeridad franciscana, era obvio que los sistemas de uso y servicio de información digital, fue lamentablemente descuidado por el gobierno federal. Así nos enteramos del sistema de la Secretaría de Salud (SS) en el registro para vacunación contra el Covid-19; la caída del sistema de compranet del SAT; de los sistemas de la pensión de los adultos mayores; el secuestro de datos e información a PEMEX; la caída del sistema para obtener una Cita en el SAT; entre otras. No es de dudarse que dentro de los archivos hackeados existe información y aquellos otros datos a los que el presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere siempre que no tiene una respuesta clara y fidedigna, teniendo la calidad de sensibles y afecten la secrecía, confidencialidad, integridad y datos de seguridad nacional. Porque la invasión a los archivos de la SEDENA sí es de seguridad nacional, no las obras negras inauguradas y que los contribuyentes seguirán pagando su mantenimiento y operación, al no prever su sustentabilidad.
Por la invasión y a solicitud de la ciudadanía, se exige a nuestros representantes en el Congreso de la Unión, que vayan legislando al respecto sobre este tema o por lo menos avanzando en una iniciativa como las que envía el inquilino y que no le cambien ni siquiera una coma. Este sensible tema sí se refiere a puntos legislativos de seguridad nacional.
En ese orden, resulta impresendible invertir en diversos programas o plataformas de alta seguridad para los archivos y activos de las diversas dependencias que asi lo requieran, que debieran ser todas, ya que cada una maneja diversas funciones, atribuciones, que protegan la información y datos de seguridad nacional de ciberamenazas, al estar conectados a internet en redes internas y sobre todo en las externas, a fin de prever o verificar incidentes cibernéticos de seguridad, detectar de donde proviene el intento, amenaza o atentado haciendo pruebas de intrusión a los sistemas de las dependencias federales. No dejando a un lado proponer a las entidades federativas hagan lo mismo con sus sistemas cebernéticos en beneficio de la población. Y no utilizar la tecnología en algo tan simple como lo hace en las matinales el inquilino, poniendo en Palacio Nacional videos de Chico Che, en un recinto que merece respeto.
Como sucedió en la siguiente matinal después de la invasión, emitiendo comentarios y conceptos irrelevantes, que los hacen aún más malévolos, al abusar y manipular la percepción de sus oyentes, adeptos, seguidores leales del acontecimiento real, considerando que con ello fortalece su credibilidad, pese a que tales comentarios sean simples mentiras y engaños premeditados, esto es, victimizarse de su enfermedad y males que le aquejan, desviando el punto principal: el hackeo a sistemas cibernéticos de la SEDENA.
Respecto del hackeo minimizó el acto criminal del asalto a los archivos a la SEDENA. Qué tanto sabe López Obrador que los demás no sepan, o realmente no lo sabe, sin embargo, le dio mayor cobertura a sus males de salud que al enfrentamiento con el Cártel de Sinaloa, y otros acontecimientos importantes de seguridad nacional. Como siempre desviando la atención de lo trascendente.
Pregunta, ¿Y si el atentado proviene del lado oscuro de la política en territorio nacional? Su enemigo está en casa.
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