DEL CINE Y LAS LEYES
Una Mentira que Condena
HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO
“Criaturas de Dios” (“God’s Creatures”) drama psicológico dirigido por la dupla femenina de Saela Davis y Anna Rose Holmer, con la actuación de Emily Watson (Aileen O’Hara), Paul Mescal (Brian O’Hara), Aisling Franciosi (Sarah Murphy), Declan Conlon (Con O’Hara), Marion O’Dwyer (Mary Fitz) Toni O’Rourke (Erin O’Sullivan) y Brendan McCormack (Francie D’Arcey); su estreno en salas de cine fue el 30 de septiembre de 2022.
En un pueblo de pescadores de Irlanda, una madre miente para proteger a su hijo, pero nunca piensa en las consecuencias que genera esa mentira en su comunidad, su familia y en ella misma.
Este drama se toma su tiempo para narrar lo que parece ser una mala decisión maternal por encubrir al hijo, situación que parece universal y atemporal, pues cuando está en riesgo un hijo, la madre hace todo lo posible para evitarle un daño; sin embargo, cada vez la sociedad está negada a aceptar este tipo de encubrimientos.
EL HERMETISMO
DE UN HIJO
Brian regresa a su isla natal en Irlanda después de estar fuera durante siete años. Estaba en Australia, pero sus padres no conocían esta información, pues simplemente se marchó sin dejar rastro. Su padre, apenas le da la mano, su madre Eileen y su hermana Erin, son más efusivas.
Antes de la aparición del hijo pródigo, hay dos hombres pescando en la oscuridad de la noche, escena que trasciende más adelante.
En siete años pueden pasar muchas cosas, y se pueden pensar muchas otras más; un hijo que se va sin decir adiós, y que se muestra hermético sobre su pasado, da pauta para sospechar lo peor de lo peor, el joven es tan unidimensional que no hay más remedio que suponer que es culpable de algo y anda huyendo.
UNA NUEVA VIDA
Brian pretende volver a su antiguo rol de cultivar ostras, y su único rasgo “bueno” parece ser una forma de conectarse con su abuelo, Paddy, quien es un símbolo de la línea patriarcal que gobierna la isla.
En este pueblo pesquero, la mayor parte del año hay intensa lluvia, y la marea baja es muy pronunciada en ciertas horas del día, lo cual permite las granjas de ostras; la familia O’Hara, se ha dedicado al cultivo de ostras, pero todo indica que ha existido una crisis, y que las empresas familiares la han sufrido, sobresaliendo los medianos empresarios.
De hecho, Eileen trabaja como capataz de una pequeña pesquera que emplea sólo a mujeres, y puede ser por dos motivos: mano de obra barata o porque los hombres son los que hacen la pesca en alta mar.
LAS DESGRACIAS
Mientras las empleadas de la pesquera están en un receso fumando un cigarro, llega una ambulancia al puerto, y Mary se percata que el cadáver del joven que sacan del mar es el de su hijo Mark, quien en la furtividad de la noche realizaba pesca ilegal de salmones.
Los usos y costumbres, así como las tradiciones son aspectos que nutren las culturas de los pueblos, sin importar su ubicación geográfica, pero habrá costumbres que simplemente resultaran inconcebibles y hasta patéticas.
En ese pueblo pesquero la costumbre indica que la gente no debe aprender a nadar, no se da la razón o justificación de la misma, pero parece ser cierto misticismo relacionado con la buena pesca, como si fuera de mal augurio el que supieran nadar.
Sin embargo, existe una aparente razón más lógica: la corriente es tan fuerte que no quieren animar a nadie a arriesgarse a ahogarse ayudando a otra persona a ahogarse activamente. El juego inteligente es elegir no tomar acción.
Posteriormente, muere el abuelo Paddy, pero su muerte al igual que la de Mark son desgracias naturales, de una u otra forma actos de Dios; pero falta una tercera desgracia que no se le puede atribuir al creador.
LA MENTIRA
Aileen y Brian tienen una conexión especial: él es todo sonrisas, ella es tierna e indulgente; una noche madre e hijo van a un pub a tomar cerveza, al lugar llega la joven Sarah recién separada de su esposo Francie, quien frecuentemente la maltrataba; Aileen se retira y deja a su hijo en el bar.
Los días siguientes Sarah falta a su trabajo en la pescadería y la policía llega a la casa de los O’Hara, hay una grave acusación contra Brian, Aileen afirma ante un juez haber estado con su hijo toda la noche.
Aileen ni siquiera tiene que pensar en su mentira; ella conoce desde que era una niña a la mujer que hizo la acusación, trabajan juntas y no se puede discutir la verdad, Aileen sabe perfectamente que vio a su hijo charlando con Sarah en el bar esa noche.
Los hombres de la isla no toman en serio la acusación, y Sarah se convierte en persona non grata en la isla, toda la comunidad se cierra a su alrededor y la condenan al ostracismo, como si fue un producto de las granjas de ostras.
Se dice que la mentira es un instinto humano de sobrevivencia, pero la mentira de una madre es por amor maternal; y Aileen miente para proteger a su hijo, de una acusación grave que puede arruinar su vida, pero a medida que se propagan los rumores y las conversaciones, comienzan a formarse fracturas en la comunidad insular y en su familia.
La cinta presenta este dilema moral de una madre que se debate entre proteger a su amado hijo y su sentido del bien y del mal; hay una incapacidad maternal para ver el bosque desde los árboles, la inacción es una elección en sí misma, la madre elige no hacerle demasiadas preguntas a su hijo Brian, por qué desapareció durante años, y por qué de repente su regreso a casa; la elección de cerrar ojos y oídos a un compañera de trabajo y amiga familiar desde su infancia; elección de permitir que se den las injusticias sociales contra una pobre mujer.
Y al final una inacción como elección frente al hijo que está gritando por ayuda.
Una historia sobre las profundidades ilimitadas del amor de una madre con la duda de si recuperará o no el sentido común sobre el bien y el mal; una historia donde la mentira no hace vencedor a nadie, y todos, de una u otra forma sufren las consecuencias de una mentira.
Esta cinta es un testimonio de cuán complicadas son las criaturas de Dios; pero ¿acaso debería exigirse que una madre no mienta por su hijo?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…
