Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
¿Estamos viviendo el ocaso de los dioses? ¿Quién es el enano maldito que robó el anillo confeccionado con oro robado a la Laguna de Términos y que tiene en el filo de la navaja a un tal “Alito”? ¿Quiénes son las tres Nornas agrupadas frente a la roca de Palacio Nacional tejiendo las cuerdas del destino?
¿Las valquirias del tricolor (bellas, exuberantes y fuertes) continuarán con la tarea encomendada por Odin de recoger la mitad de los guerreros caídos en combate para llevarlos al Valhala?
Paso a paso estamos viviéndolo y, como aquella opera, si la cuerda se rompe en pleno pronunciamiento de la maldición, porque un anatema implacable pesa sobre el PRI, sólo quedará a sus militantes la resignación, el cambio de camiseta o las maldiciones para el ¡i-rres-pon-sa-ble!
¿Cumplirá la centuria el otrora gran tricolor?
Se duda. Aún faltan siete años para marzo de 2029 y, de acuerdo como se mueven las corrientes políticas, los momios no le favorecen.
La merma ha sido desmesurada, no sólo por la peor dirección de este partido en sus 93 años de vida, sino por la ausencia de protestas de un verdadero número de militantes ante el sometimiento a los designios del gobierno de la CuatroT de parte de sus líderes.
Sí, hoy, desde su tumba, don Plutarco está escupiendo hacia Campeche y en espera de que su ex gobernador y la gobernadora actual reciban las maldiciones y los castigos de todos los militantes del país… los que le quedan.
¿Pero en esta ópera chusca cuantos militantes tienen hoy los partidos, específicamente el PRI? ¿Le retirarán el registro?
Por lo menos no… aún… Y se duda porque de acuerdo a las normas, los Partidos Políticos Nacionales si pretenden mantener su registro deben obligatoriamente de mantener el número de militantes requeridos en la normatividad vigente, lo que significa contar con 3,000 por lo menos en cada uno de los veinte estados de la República, incluida la Ciudad de México, o en su defecto sumar 300 en por lo menos 200 distritos electorales uninominales, y el equivalente al 0.26% del Padrón Electoral Federal que haya sido utilizado en la elección federal inmediata anterior.
Y cada tres años las autoridades electorales checan si los partidos están cumpliendo. El próximo año harán lo propio. Más, por lo pronto, todavía en el pasado 2020 (en plena pandemia) el PRI era el que contaba con un mayor número de afiliados: 2,065.161 (735,957 hombres y 1,329.204 mujeres), de tal manera que ellas tienen la palabra y obra en este momento.
En la segunda posición está (¿o estaba?) el Partido de la Revolución Democrática con 1,242.411 integrantes (426,066 hombres y 816,345 mujeres).
Le sigue o seguía, el Partido Verde Ecologista de México con 660,874 afiliados (241,406 hombres y 419,468 mujeres).
A continuación, en el cuarto sitio, se ubica Morena, con 466,931 militantes (219,518 hombres y 247,350 mujeres).
La posición siguiente la tiene el Partido del Trabajo que suma (o sumaba) 448,492 (171,573 varones y 276,919 féminas).
Movimiento Ciudadano está registrado en el sexto lugar, con 381,735 individuos (154,547 hombres y 227,166 mujeres).
En el último sitio del registro está el Partido Acción Nacional (¿podrá remontar su crisis interna?) con 252,140 personas (252,140 varones y 121,126 féminas).
Es evidente que las mermas se presentan en los partidos más antiguos, en los cuales, entre otras tragedias, hubieron de enfrentar los decesos por el Covid-19, así como por otros virus que han sido más letales: sus líderes.
¿Qué sucederá en 2023 en el Estado de México y en Coahuila?
Si no hay chaqueteo y arrastramiento de sus gobernadores en ejercicio hacia el partido que hoy gobierna el país, pudieran ganar.
En el primer caso, el Revolucionario Institucional sigue siendo mayoritario, con 324,151 militantes registrados, mientras que a su vez Coahuila también es en la entidad el de mayor número de ciudadanos registrados: 198,063.
Sin embargo, en ambos, el voto estará en manos, también de quienes no pertenecen a partido alguno en su mayoría jóvenes.
Ciertamente, si los actuales dirigentes del tricolor nacionales siguen encaprichados con el liderazgo por razones personales (y actuaciones vergonzosas del pasado) y no modifican sus conductas, ya pueden empezar a cavar dos tumbas más: las últimas en las gubernaturas.
Y a lo lejos se escuchaba… que el rey de los dioses, vencido por Sigfrido, sólo solicitaba que el anillo nibelungo fuera restituido a las profundidades del