ALFREDO MEJÍA MONTOYA
En los últimos días se han puesto a prueba los conceptos axiológicos con los que llegó al poder Andrés Manuel López Obrador, obviamente válidos como promesas de campaña, ya en la práctica romper esos valores o incumplirlos, denota que en realidad no tenía tales valores, simplemente fueron de palabra, mintiendo y engañando a sus simpatizantes, violentando la importancia del valor de la justicia en el ámbito político.
Considerando que la axiología es la objetividad y subjetividad de los valores, actualmente esas luchas se focalizan en el ámbito político, ya sea entre grupos afines o antagónicos, solos, en formación escopeta para disparar desde cualquier lado; o acompañados en fuerzas políticas de partido, formal o informalmente hablando, en el caso, de Izquierda, del centro o de derecha, y así conformar intereses, alianzas o coaliciones en beneficio de sus propios fines, negociando a priori, los resultados de las contiendas.
A la fecha no se ha dado un triunfo de un gobierno federal aliancista o de coalición para determinar resultados objetivos. Sin embargo, estamos en presencia de uno de los casos más sonados que se pueden dar en la historia contemporánea y radical de la política mexicana. Efectivamente, tal vez seamos testigos de una alianza en el Estado de México en 2023, y veremos cómo se conforma el gobierno propiamente dicho, si la derecha declarada y neoliberal o la del centro asfixiante y controlador, juntas.
La batalla de aquí al 2024, claramente será entre derecha-centro contra la Izquierda incendiaria y objetivo indefinido.
Valores. El inquilino de palacio presume la honestidad en su performance y en su persona y la ciudadanía se ha percatado que eso, es solo una pantalla de mercadotecnia barata, que solo seduce y convence a sus seguidores con los apoyos, ayudas, bonos, becas y prebendas que reciben de López, como queriendo comprar su conciencia para sus fines electorales. Pero la nota se dio en el mes de septiembre 22’, en el que en forma constante asediaron con investigaciones, videos, datos, información y documentos de supuestos actos de corrupción de Alejandro Moreno dirigente del PRI, lo presionaron y cercaron para ejercer uno de los actos más viles que se pueden dar en la política, … se dan datos de que Alejandro Moreno es un individuo corrupto, sin embargo, mañosamente no hacen ninguna denuncia ante las autoridades correspondientes, entonces no lo es, y esa falacia la usan como moneda de cambio y le piden que avale una reforma a los transitorios de la Ley de la Guardia Nacional ampliando el término para que la GN se quede en la SEDENA hasta por ocho años más, esto es, militarizando la seguridad pública de la nación.
Ese solo hecho destella ampliamente la carencia de valores, ya que el autócrata de palacio usó el poder que le dio el pueblo para sus intereses personales, de tener controlado al Ejército Nacional presupuestal y administrativamente, cosa que ha hecho desde el principio de su administración, con las casi ya 250 tareas y actividades que realiza el Ejército a nivel nacional. generando un amplio espectro de impunidad en los actos que dice López Obrador realizó Alejandro Moreno, la pregunta obligada es:: ¿quién resulta más corrupto, al que le dicen que es corrupto sin denuncias o el que hace que no ven esos actos de corrupción, generando un halo de impunidad ante su gabinete y ante el pueblo entero?
La historia señalará con claridad meridiana si tuvo razón o no, por lo pronto en el primer esbozo de pasar esa reforma en complicidad con los seguidores de Alejandro Moreno en el Senado de la República, no tuvo éxito, veremos el segundo en los próximos días. Mientras la aplicación de la ley queda en un stand by acusatorio, y se convierte en un acto de impunidad flagrante, de ambos, claro.
De este pasaje casi bíblico, deja ver al López Obrador perdona vidas y su perversidad a la vista de todos, y afirmamos que, efectivamente, es un individuo que no tiene valores. Y es capaz de hacer cualquier cosa por salirse con la suya y la de sus intereses, en el caso, es en principio quedarse en el poder, aún si pierde el partido oficialista en el 2024.
Con el Ejército de su lado, alentará a las masas de que hubo fraude, y ello dará cabida a revueltas en todo el país, y aun el poder bajo su mando puede decretar la pérdida de garantías individuales y convocar a nuevas elecciones, de ese tamaño es la deuda que el Ejército deberá pagar si se llegará a esos escenarios.
Lo que sí es bien claro estimado lector, es que Andrés Manuel López Obrador si pretende quedarse en el poder, en los términos que sean, aunque sea por medio de interpósita persona o de un Maximato. Por ello considera a Claudia Sheinbaum como la elegida, por el apoyo que recibirá y está recibiendo, pero sobre todo por lo manipulable que es, no así lo serían Adán Augusto ni Marcelo Ebrard, mucho menos Ricardo Monreal al que eliminó antes de que siquiera destapara a las demás “corcholatas”.
En ese orden, en el caso, la corrupción es un modo particular de ejercer influencia ilícita, ilegal e ilegítima con referencia al funcionamiento de un sistema y, en particular a su modo de tomar decisiones, ya por acción ejecutiva, acción por omisión o de permitir o bien, al fenómeno por medio del cual un funcionario público es impulsado a actuar de modo distinto a los estándares normativos del sistema para favorecer intereses particulares a cambio de una recompensa, como la de Alejandro Moreno y el de López Obrador, entonces los dos son corruptos.
Y ante la imposibilidad de ser sancionados, es impunidad, pues sus conductas no tuvieron consecuencias en el sistema penal acusatorio, y Gertz Manero, de la FGR , de florero. Recordemos que la intimidación, las amenazas, los ataques y homicidios dolosos no son investigados, y por ende no castigados. Las amenazas e intimidación se suceden a diario en la tribuna de palacio nacional y la FGR impávida de asombro por instrucción.
Por ello, el deterioro de la infraestructura nacional es evidente por no tener políticas de largo plazo, con la paulatina destrucción de los bienes y recursos del Estado. Un Estado guiado por un fanático, un mesías o un autoritario y centralista, dentro del cortoplacismo y por las ambiciones personales jamás podrá favorecer al país.
Este tipo de funcionarios se rige por sus criterios propios no por los fines políticos y económicos inmediatos del país. El supuesto combate a la corrupción e impunidad es el argumento y discurso central de López Obrador y su bandera de ética de valores, diciendo que en los niveles altos del gobierno ya no hay corrupción. Sin embargo, miembros del partido oficialista, de su gobierno, de su círculo de amigos más cercano y de su familia, están bajo sospecha.
En ese tenor, la guerra partidista ha llegado a limites expresamente criticados, por la sucesión presidencial y como botín el país entero, al llegar al extremo de que el mismo titular del ejecutivo tenga que involucrarse en actos de corrupción con un dirigente de un partido diferente al oficialista, y ambos quedar impunes de sus actos, y cancelar las investigaciones y carpetas abiertas en contra de Alejandro Moreno en la FGR. Lo mismo sería con el presidente Andrés Manuel López Obrador al quedar expuesto que las acciones salieron de su despacho y de que volverá a presentar la iniciativa. Confeso, de que la iniciativa es de él y no de la legisladora Yolanda de la Torre del PRI, da cabida a que la fuerza del partido oficialista y su dirigente mayor sean los artífices de la revalorización o decadencia de la cuarta transformación.
En consecuencia, el servidor público que no está preparado para el cargo que ejerce, es corrupción, si no se le castiga, es impunidad.
a2m8m@yahoo.com.mx freedomm