La Realidad que Vemos Desde Fuera de Palacio

ALFREDO MEJÍA MONTOYA

Transcurridos los eventos que marcan el fin de un ejercicio presupuestal, el titular del ejecutivo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, presentó por conducto de su secretario de Gobernación ante el Congreso de la Unión el informe anual de actividades, describiendo los hechos que se realizaron en un año. Después, la conmemoración del Grito de Independencia, emulando al Padre Hidalgo en 1810 y ahora con arengas diferenciadas y novedosas; al día siguiente el desfile de las fuerzas armadas, con tanquetas de llantas de hule, los pequeños aviones con que cuenta la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA), inapropiados para una defensa real de la seguridad nacional

Eventos en los que el titular del ejecutivo no perdió la oportunidad de insistir en sus pretensiones totalitarias, y sin ningún recato invito al desfile a personajes que el admira y le sirven de culto y bandera a sus más ocultos deseos de seguir dividiendo al pueblo y eternizar así al partido oficialista junto con sus ideas, conceptos y ocurrencias por siempre. López Obrador introduce una arenga que forma parte de una de sus políticas públicas, como el muera la corrupción, y otros novedosos conceptos que él mismo alimenta y pondera a diario desde sus matinales, muera el clasismo y el racismo. Qué cinismo diría el vecino, por un lado, los alienta y por otro que mueran, los tres conceptos. 

No se escuchó una arenga como viva la reivindicación de los pobres. Sí, a los pobres, a los que menos tienen, a los que ha llevado a la pobreza extrema, al no darles herramientas, los elementos y puedan ellos mismos superar la crisis en la que se encuentran. Sería injusto quitarle algo de crédito a la pandemia y a la inflación importada por la globalización. El creciente número de pobres en el país, a la necesidad que requieren de un empleo; los apoyos, las dádivas, las becas, no alcanzan para salir, se termina y de nuevo se quedan sin nada. Pero es la única forma en que le sirven a López Obrador para sus intereses electorales.

Después de considerar haber cumplido, de nueva cuenta se reanuda el reloj electoral, y se observa como los CandiBatos (por ministerio de ley no se les puede considerar como candidatos, al no reunir requisitos) ya destapados y sin autorización de las autoridades electorales y con dinero público, están en plena carrera por tratar de estar en todos lados sin llegar a sobresalir alguno en especial.

La Jefa de Gobierno de la CDMX haciendo malabares con el cargo que ostenta, ha dejado de ejercer de facto como tal, va, viene y regresa y en cada ciudad que visita le reúnen el mayor número de acarreados a los cuales el partido oficialista les paga por su presencia, pero sigue sin hacer ruido, sin mover montañas, sin arrastrar multitudes, o sea, ni la ven ni la escuchan frase acuñada en el pasado, para figurar que la ignoran, por más difusión que se le hace.

Al de Bucareli, desde que le contestó a una parte del pueblo, que a él no le interesan sus problemas, sus simpatizantes no lo vieron congruente con los demás candibatos, si de por sí no contaba con muchos adeptos, ahora menos, se le olvida que los mandantes son el pueblo y que con sus impuestos pagan su sueldo o salario. Sin embargo, no debemos dejar de observar sus actividades, porque por ahí puede que nos llegue a dar una sorpresa tamaño electoral junto con su superior jerárquico.

Del canciller, resulta que es el que más reflectores tiene por las actividades que realiza, codeándose con la crema y nata del mundo, firmando el libro de condolencias por el fallecimiento de la Reyna Isabel II. Sin dejar de observar, que se siente un mayor poder de convocatoria que los demás, ya que sin tanto ruido, espacio ni tiempo, ya tiene un buen número de seguidores y su popularidad va escalando, cuestión que no es bien vista desde la tribuna mayor.

El Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal, parece que está haciendo su tarea solo, la misma que utiliza el inquilino de palacio, divide y vencerás, lo cual no sucede siempre, todo depende a quién haya que dividir.  

Armas y Paz. López Obrador manifestó en la fase de discurso en el desfile conmemorativo del 16 de septiembre, que la industria de producción de armas son la causa de las guerras, cuestión obvia, y que deben dejar de producirse. Cuando en el mismo desfile, frente a sus ojos, está pasando el Ejército, la Marina y Guardia Nacional, paramilitares y demás contingentes con las armas a que alude en su discurso, y que son el preludio de las guerras y su tráfico ilegal. ¡Qué ironía!

Continuando con su discurso, expresó de manera vehemente que la Paz depende de Ucrania sugiriendo acceda al diálogo directo con Rusia y finalice la guerra, esto es, ubicándose del lado de Rusia. Solo le faltó decir que consideren su estrategia de abrazos, no balazos, que no da resultado, pero sirve de distractor. 

Cuando, en lugar de entrometerse y dar consejos, lo congruente sería enfrentar el tema de la violencia e inseguridad que prevalece en el país y que creció exponencialmente desde la toma de protesta de su administración con su famosa estrategia, que solo sirvió para empoderar y engrandecer a la delincuencia organizada (DO), sobre todo a los cárteles del narcotráfico. Y buscar la PAZ en Zacatecas, Durango, Michoacán, Jalisco, Tijuana, B.C., Guerrero, Quintana Roo, Juárez, CDMX y en general en todo el país.  

Por otro lado, es tanto su apasionamiento de continuar “gobernando” (?) y sobre todo ostentar el poder totalitario, que para continuar con su objetivo original de convertir al país en un satélite socialista, que ha provocado en todo su mandato bajo conceptos previamente probados en diversos países de izquierda o socialistas, la división constante de la ciudadanía, de los inversionistas, de las cúpulas empresariales y a los aspiracionistas (que le arrebataron la mayoría calificada en el Congreso de la Unión en las elecciones del 2021). 

Y ese afán lo puede llegar a convencer de que en el partido oficialista, el de la popularidad es Andrés Manuel López Obrador y sus candibatos o corcholatas no tienen esa capacidad ni alcance para sucederlo en el trono, por lo que resultaría inimaginable que renunciara o abdicara al trono y se designe un interino de su confianza, para él continuar con la campaña de uno de los candibatos elegidos por él mismo, ¿cuál? y acompañar a su corcholata a las giras del adiós, a sabiendas que si gana su corcholata predilecta estará siempre atrás de la silla presidencial, a un lado o lo más seguro que hasta por delante dirigiendo los destinos del país “nuevamente”, continuando con su objetivo principal.

Del embrollo de la Guardia Nacional no lo es tanto, ya que en realidad siempre ha estado a cargo del mando militar, solo que ahora la formalizó y pasó administrativamente a la SEDENA, aunque no de forma constitucional, para volver de jure lo que ya sucede de factoA menos que el Congreso de la Unión en el concurso de todas las fuerzas políticas considere lo contrario o sirva como moneda de cambio en contrapeso para otra ocurrencia de López. Violentando el estado de derecho y el fracaso de la creación de la GN se lo endosará al Ejército Nacional.

Sobre todo, porque la GN no estaba preparada para funciones de seguridad pública, (mucho menos lo estará para la seguridad nacional) al no contar con su certificado correspondiente, solo algunos de los cien mil elementos contaban con dicho certificado, claro, tampoco tienen la instrucción y certificación para ser un elemento castrense, por lo que el fracaso será inminente. Eso sí, las plazas presupuestales pasarán a la SEDENA y contará con un mayor presupuesto para sus funciones intrínsecas de Ejercito Nacional.

No debemos dejar de observar que la delincuencia organizada es una amenaza a la seguridad nacional, que se ha convertido en “una fuerza ‘cuasimilitar’ que usa la violencia en contra de la población y de las instituciones públicas” (sic) página 14 de exposición de motivos de la Ley de la Guardia Nacional. 

a2m8m@yahoo.com.mx   freedomm

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