Yo Campesino
*Ya se Sabía que Alejandro Moreno es Chaquetero,
la Pregunta era ¿Cuándo se Vendería?
MIGUEL A. ROCHA VALENCIA
Dice el dicho que quien traiciona una vez lo hará siempre y es el caso de Alejandro Moreno Cárdenas, quien tuvo como una de sus víctimas a su propio papá político, Manlio Fabio Beltrones, a quien cambió por unas monedas y la gubernatura de Campeche.
El chaquetazo a su mentor se lo dio justo después de que el sonorense le consiguiera la reforma que le permitió ser el senador más joven, no obstante, de que ya conocía sus malas mañas, de las cuales la actual gobernadora de Campeche, la también impresentable Layda Sansores dio cuenta en sus “mañaneras”.
Quienes tienen alguna cercanía con Moreno Cárdenas saben que ni siquiera es taimado, es burdo hasta para vender sus favores. Tiene expresiones conocidas como la de: “esto vale tanto y me quieres dar esto, estás loco”.
Siempre fue así, por eso cuando se le sumó a la Alianza opositora, todos sabían que tarde o temprano traicionaría, le llegarían al precio. La apuesta era cuándo.
Es más, es conocida su alianza con otro sujeto de su calaña y que se apoda Alejandro Murat Hinojosa, hijo del honorabilísimo José Murat Casaab, quien, en su mandato en Oaxaca, se robó todo el dinero de los programas sociales y con él compró empresas que hoy lo hacen uno de los personajes más ricos del sur del país.
No se olvide que los dos jóvenes gobernadores, fueron quienes más serviles se vieron cuando el ganso tomó posesión; ambos se apresuraron a tomarse la foto junto al machuchón, a quien le manifestaron en sus respectivos discursos su lealtad, admiración, reconocimiento y deseos de colaboración.
Ambos entregaron sus respectivos gobiernos a personeros de Morena, asesinaron las estructuras del PRI y las entregaron a los de guinda. La ambición de esa mancuerna es proverbial. Incluso negociaron en su tiempo, extorsiones a la secretaría de Comunicaciones y Transportes en la realización de obras. Ejemplo claro en Oaxaca, es la carretera que une la capital del estado con Bahías de Huatulco, la cual nunca se pudo terminar.
Y es que, a los conflictos con los lugareños, especialmente ejidatarios, se sumó la “sospechosa destrucción” de los tramos avanzados y que fue patrocinada desde palacio de gobierno.
Del Campechano, nos constan sus expresiones respecto a hacer favores, gestiones y hasta la petición de diezmo en la realización de obra pública. No importaba el beneficio público, sino el que él mismo pudiera obtener. Eso desde que asumió su primera diputación cobijado por Manlio Fabio Beltrones.
Por eso, cuando sale con el cuento de que apoyarán la permanencia de las fuerzas armadas por el bien de los mexicanos, resulta puro cuento, eso ya lo tenía negociado.
De hecho, el día en que el procurador campechano, Renato Sales Heredia debía comparecer en torno a las denuncias contra Moreno Cárdenas, sí estaba en la Ciudad de México, pero no acudió porque prefirió engullirse un opíparo desayuno en el restaurante El Cardenal de la Alameda Central donde salieron algunos comentarios.
El hecho es que don “Alito” sabe que tiene muchos pecados y pese a la advertencia de “cooperar o cuello”, decidió subir la apuesta, no sólo para quedar bien con el mesías tropical, sino al mismo tiempo tener ganancia, a la mejor una embajada, pero como respuesta, le sacaron trapos al sol y tuvo qué aflojar al sentir el “calor” del desafuero y unas merecidísimas vacaciones en algún reclusorio de lujo.
Es decir, lo de la traición todos lo sabían, pero el tema es que los dirigentes del PAN y PRD no tenían otro interlocutor en el PRI, hoy si lo tienen y está en el Senado de la República, donde al parecer los senadores y dos que tres diputados federales se van a oponer a reformas constitucionales y aunque las leyes secundarias del caudillo de Tepetitán sí pasen por mayoría simple, no le van a entregar la calificada.
Eso quedó claro y a buen tiempo de recomponer cosas; como que Moreno Cárdenas se adelantó y no midió los tiempos, se entregó muy rápido con eso de que “¿Con quién están, con los intereses de partido o el interés supremo del pueblo de México”? La verdad es que le faltó ¿O con los míos?, lo que para el campechano es lo relevante, lo demás no le importa, ni el PRI como institución.
Ahora el camino de la Alianza puede ser más real, con actores confiables, sin espera de chaquetazos y con sujetos que ya superaron la prueba del ácido de las amenazas y chantajes de YSQ.