*Victoriano, por lo Menos Procuró Guardar las Formas Para Simular Acatamiento
*Pérdida del Decoro y Pisoteo de la Dignidad Nacional Depositada en el Congreso
*Se Antepone un Interés Grupal Frente al Decoro Superior de la Nación
*Quiénes son los Hipócritas si son Capaces de Mancillar lo que Juraron Defender
*Por Soberbia Destrozan al País y Desprecian las Herramientas Democráticas
*Usan Venganza, Amenaza y Miedo Para Someter a sus Adversarios
*Sus Armas: Autoritarismo, Confrontación, Pobreza Clientelar y Desapego a la Legalidad
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
Los votos de los legisladores de Morena en ambas Cámaras, para aprobar la adscripción de la Guardia Nacional a la Sedena, se hizo en franca violación al texto de la Carta Magna. A pesar de ello, con toda conciencia eligieron sin ningún pudor pisotear el pacto social para complacer a su líder.
Me pregunto, ¿demandaron a los legisladores de oposición acusándolos de traición a la patria, por no votar favorablemente una reforma constitucional, ahora en qué calidad quedan quienes a sabiendas de su falta se colocan en una clara acción de complicidad para transgredir la norma suprema?
Decía Sir Winston Churchill, “en ocasiones comerse sus propias palabras puede resultar un alimento muy nutritivo”. Hoy, nos encontramos frente a un acontecimiento lamentable, burlar la Constitución no es un evento menor, máxime cuando se hace con conocimiento de causa y, peor aún, al provenir de una mayoría que forma parte importante del constituyente permanente.
Quizás ese tipo de conductas no se veía desde la época de Victoriano Huerta, aunque este último cuando menos procuró guardar las formas para dar visos de su acatamiento, ahora, ni siquiera eso, se hizo burdamente, con total cinismo y hasta aplaudiendo su indigna conquista.
Se ha perdido el decoro y pisoteado la dignidad nacional depositada en el Congreso de la Unión, quienes protestaron observar y hacer cumplir la constitución, han fallado, llegaron a impensables extremos, anteponiendo un interés grupal frente al decoro superior de la Nación.
López Obrador califica de hipócritas y conservadores a aquellos que no están de acuerdo con su forma de gobernar, ¿Dónde queda él y su grupo de incondicionales cuando son capaces de pasar por encima de la Constitución?, la misma que prometieron defender y sin escrúpulo alguno ahora la mancillan. ¿Quiénes son los hipócritas?
Las políticas de imposición los ha conducido a un proceso de radicalización y no se dan cuenta al estar cegados por su soberbia, de que están destrozando al país, ni siquiera son capaces de agotar las herramientas democráticas del diálogo y entendimiento, utilizan las armas de la venganza, la amenaza y el miedo, en aras de someter a sus adversarios, pregúntenle a Alito y Moreira.
Me parece que son acciones descabelladas producto de un proceso de desesperación ante el fracaso de una administración fallida, acompañada de una obcecada miopía que a como dé lugar, impulsa recetas equivocadas, colocando al país en vilo.
No logran entender que la solución a los grandes problemas se encuentra en los principios de la democracia como forma de vida, en las libertades y los valores, en las instituciones y el Estado de Derecho, en síntesis, en la unidad nacional, que se hace descansar en el pacto social.
Sin embargo, se inclinan por el autoritarismo, la confrontación, la fragmentación social, la pobreza clientelar y el desapego a la legalidad, conductas que probablemente les arroje buenos dividendos en lo individual, dejando al país un caos.
El bien superior nos indica la defensa de la constitución y la dignidad nacional, como premisas básicas para rescatar el orgullo de la patria.
