DAVID MARKLIMO
Cory Doctorow, Radicalizado. Cuatro distopías muy actuales. Editorial Capitán Swing, Madrid, 2022. 272 páginas.
Gracias a la pandemia de la Covid-19, la literatura experimentó una especie de explosión sobre los mundos distópicos. En muchos sentidos, la realidad había rebasado a la imaginación, pues las imágenes, con esos jabalíes por las calles, se parecían a un sin fin de películas sobre zombis, invasiones extraterrestres y holocaustos nucleares. En este espacio, ya hecho mención a algunos de los más interesantes.
Llega ahora un libro de relatos cortos del activista canadiense, Cory Doctorow, titulado Radicalizado. Cuatro distopías muy actuales. El tema no es otro que sobre el presente y el futuro estadounidense. No sonará muy distópico, pero estamos ante una oportuna colección de relatos conectados por visiones sociales, tecnológicas y económicas de la actualidad y de lo que podría ser Estados Unidos en un futuro cercano.
Por hacer un pequeño resumen, podríamos decir que Pan no autorizado, el primero de los relatos, es una historia sobre la inmigración, la toxicidad de la estratificación económica y tecnológica, y los jóvenes y los oprimidos que luchan contra todo pronóstico para sobrevivir y prosperar. En el segundo, Una minoría modélica, una figura similar a la de Superman intenta rectificar la corrupción de las fuerzas policiales que durante mucho tiempo creyó erróneamente que protegían a los indefensos, solo para descubrir que sus esfuerzos afectan negativamente a sus víctimas. Radicalizado, el tercer relato y el que da nombre a todo el libro, nos habla de un levantamiento violento en la red profunda contra las compañías de seguros, contada desde la perspectiva de un hombre desesperado por conseguir financiación para un medicamento experimental que podría curar el cáncer terminal de su esposa. La cuarta historia, La máscara de la muerte roja, aborda la supervivencia del individuo frente a la comunidad.
La extensión de estos cuatro relatos es desigual y acorde con lo que cada historia necesita, puesto que el autor pone de manifiesto su aguda visión: un mundo dirigido a la barranca a toda velocidad. Un mundo donde el futuro se vislumbra cada vez más negro y la sociedad igualitaria está cada vez más lejana. Ahora bien, los relatos son totalmente independientes unos con otros; sus personajes y temática no tienen relación, pero si logran transmitir que nuestra sociedad está dirigida por una minoría, que somete y se sitúa por encima del resto.
Doctorow demuestra que maneja el pulso narrativo con mano firme, sin titubeos. No hay oscilaciones en cuanto al interés y tensión de las diferentes historias, en las que el autor sabe cómo transmitir su visión y cómo mantener el interés en las historias narradas. Se nos muestra un panorama claro y preciso en el aspecto social. No se duda a la hora de apuntar al pecho, convirtiendo los relatos en una dura crítica hacia los evidentes sesgos raciales de los estamentos policiales, los poseedores de las grandes fortunas o las corporaciones empresariales. ¿Son ellos los que llevan a la democracia a un futuro desolador? Parece claro. ¿Existe la esperanza? No parece.
El libro de Doctorow es una interesante lectura en la que, a modo de ficción, se nos plantea un escenario próximo. Quizá no sea correcto hablar de distopía, pues lo que se plantea bien puede suceder. Viéndolo con detalle, Doctorow nos alerta de la crisis se deriva del intento de supervivencia de la élite a pesar de todo. A pesar de todos.