Mensajes Subliminales en el 4º Informe

ALFREDO MEJÍA MONTOYA

Y mientras … la realidad fuera de palacio nos da una bofetada de incertidumbre y desesperanza, una visión diferente, real, objetiva, pragmática del cómo realmente se encuentra el país; los que viven fuera del soporte presupuestal, los que no tienen empleo, los que han perdido uno o más familiares, amigos y conocidos en la Pandemia del Covid-19, en los crímenes dolosos, de los y las desaparecidas, por desaparición forzada, de los niños con cáncer que terminaron por rendirse al no tener sus tratamientos que el Estado está obligado a proporcionar, de los que perdieron sus empresas, sus negocios; los que soportan los efectos de una inflación descontrolada; los seis millones de nuevos pobres y en pobreza extrema; los que no tienen servicio médico por la desaparición del Seguro Popular; los mineros gritando desesperadamente que les den una oportunidad de vivir; ellos, sí ellos, no ven los escenarios que en palacio se imaginan, hacen creer o se hacen ilusiones de que así es y no, estimado lector, no es así.

Sucede que, por civismo, la radio y las pantallas se solidarizaron, se encendieron a la hora exacta para escuchar la danza de los millones, las verdades a medias, las mentiras completas y los otros datos, los de palacio, los que pasarán a la historia y no los reales, sí, como el inicio de la destrucción del país y desaparición de sus instituciones por la llamada cuarta transformación y ahora de la revolución de las conciencias

El 1º de septiembre por primera vez el régimen acuña el término revolución, como si se iniciara un nuevo ciclo en el cronograma de la supuesta cuarta transformación, y por primera vez se escucha mensaje cifrado en la textura del término revolución en su máxima expresión, ese trasfondo tiene un significado más que importante trascendente. Los movimientos que transformaron a diversos países del mundo iniciaron con ese término, la revolución mexicana en México, la revolución de octubre en la URSS, la revolución bolivariana en Venezuela, la revolución castrista en Cuba, la revolución francesa en Francia, etc. De ahí comenzaron los grandes cambios de estructuras sociales, políticas y económicas; sin embargo, también se sucedieron regímenes autócratas y dictatoriales no democráticos. 

Por ahora, lo que pretende el autócrata de palacio, inició con la desaparición de instituciones erigidas democráticamente y bien o mal, una de ellas con su mediana eficiencia alcanzaba para dar servicio a más de 50 millones de mexicanos que carecían de seguridad social institucionalizada en materia de salud. El Seguro Popular con todas sus limitaciones era una institución en la que población recibía atención médica y las medicinas para sus tratamientos. Hace cuatro años que no hay nada de eso, la población esta inerme como lo estuvo en la pandemia y ahora mismo lo está, ante el embate de enfermedades virales, considerando que se aproxima otoño e invierno, el derecho a la salud resulta impostergable (artículo 4º de la Constitución). Y López Obrador siempre lo ignoró y lo dejó de hacer en la Pandemia, que se pueden tipificar como crímenes de lesa humanidad y puede ser enjuiciados por ello junto con su protegido López Gatell.

Ese cambio de estructuras, ahora hasta con una revolución, pone en jaque aún más al país. Si una revolución que, si bien no será con balazos, tampoco lo será con abrazos, sino con destrucción de infraestructuras sociales para los que menos tienen, que se fueron erigiendo según las necesidades de la población, quizá con errores e ineficiencias, pero se acercaban a la población con servicios médicos, de seguridad, de apoyo a proyectos sustentables en el mercado interno y con prospección al crecimiento y desarrollo.

El texto presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador líder del partido oficialista y jefe de campaña desde que asumió el poder, evidentemente tenía otros datos para rellenar su informe, datos que la Federación nada tiene que ver, porque el incluir obras de cada una de las entidades federativas, no le corresponden al Titular del Ejecutivo Federal, sino a cada uno de los titulares de cada estado. Y debió de haber puntualizado que no se ha construido infraestructura sustentable a corto ni mediano plazo, a excepción de las tres obras insignia a sobreprecios. Precisamente porque los empresarios e iniciativa privada no quieren hacer trato alguno con un gobierno que los está atacando cada vez que puede, que cambia las reglas de un momento a otro, y de las 64 obras prioritarias de infraestructura para este sexenio, no ha iniciado ninguna de ellas, pese a que ya van entre cinco a seis reuniones para esos efectos y López Obrador sale de las reuniones como si hubiera conquistado al dinero privado, y al cabo del tiempo no se materializa ninguna de esas 64 obras de infraestructura propuestas. De esto no se escucharon ni rumores siquiera.

El informe hubiera durado minuto y medio si se refiere exclusivamente a lo que la Federación le corresponde, ha construido y no ha terminado, las tres obras insignia, inauguradas dos, aún sin terminar la obra negra y; el tren que no se ha terminado y ya se rebaso el tope presupuestal, al igual que las anteriores. 

Otro no tan oculto está en que sigue deseando controlar a los poderes legislativo y judicial, ofendiendo a los jueces, difamando, que sus fallos no son lo que él desea, cuando jurídicamente es imposible. El Poder Judicial de la Federación se debe a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y no a los caprichos y poder del presidente. Esa es la manera de pensar y actuar de los Autócratas, asomándose por ahí ya la figura de la dictadura. 

No se pronunció de todas las carencias que vive el país, de los seis millones de nuevos pobres por sus políticas de austeridad desde el inicio de su administración; sobre el estado en que realmente se encuentra la economía y los escenarios a futuro que dicen puede ser peor. Manifestó: “sigue llegando la inversión extranjera” (sic), pero nunca se pronunció sobre la fuga de capitales que es interminable y en cantidades mucho mayores a la que entra. 

La Guardia Nacional creada para el orden civil por el servicio de seguridad pública a la ciudadanía, el pretender que se pase administrativa y presupuestalmente al Ejército Nacional, hace mucho ruido de una militarización anticipada del país, ya que el Ejercito tiene funciones de seguridad nacional, que nada tiene que ver una con la otra, son dos funciones y atribuciones diversas, en su caso tendría que reformarse la Constitución y crear un nuevo orden en el Reglamento Interior de la SEDENA. Esto trae aparejado la creación, la idea, la falacia de implementar una policía de elite que probablemente ya esté en territorio nacional.  

Por lo tanto, no sorprende a nadie, que dentro de la textura de su informe se percibió el mensaje de despedida de su régimen, en el que no logró gran parte de sus proyectos para eternizarse en el poder, ¿cómo? Como sea, en las elecciones intermedias se le arrebato la mayoría calificada en el Congreso para modificar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y así estar en condiciones de repetir otro mandato con su famosa figura de la Revocación de Mandato; y dar inició formalmente a la sucesión presidencial en donde por lo menos, podría continuar en el poder como sombra del que triunfe en el 2024, claro, siendo del partido oficialista, generando influencia sobre sus proyectos truncados, exaltando su ego reprimido y manipulando a su antojo al que le supla en el poder. Como sucedió en los años 1924 a 1928, con Plutarco Elías Calles. Escenario que puede no ocurrir, si la ciudadanía demanda otro cambio. Eso sin duda, será otra historia.

En consecuencia, estamos ante un escenario de una lucha de poderes, en la cual solo habrá un perdedor: el pueblo y sus instituciones, continuarán los ríos de sangre por crímenes dolosos, el crecimiento incontrolable de la delincuencia, la economía a la deriva como ha sido desde el principio, y claro, sin el servicio de salud parecido al de Dinamarca y seguridad pública …

López Obrador ejercerá el dinero público ahorrado por la austeridad que generó desde 2019, con el subejercicio del presupuesto en todas las dependencias de carácter federal hasta, la austeridad franciscana del 2022. Pregunta obligada, ¿a dónde fue a parar todo ese dinero público no gastado en los programas presupuestales aprobados? Lo sabremos sin duda al iniciar rabiosamente la campaña por la sucesión presidencial, es el último cartucho en la carrillera que podrá usar para su proyecto del Maximato. 

a2m8m@yahoo.com.mx    freedomm

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