Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Mientras el presidente presiona a la Suprema Corte e Justicia de la Nación para que no derogue la prisión preventiva oficiosa, su gobierno mueve los hilos para que Israel Vallarta recobre su libertad después de 17 años de estar en prisión y sin sentencia.
Al mismo tiempo, ofrece una disculpa por los muertos en el incendio intencional ocurrido el Casino Roya, de Monterrey y se hace cargo de pagar la indemnización a las familias de los 10 mineros, como si la responsabilidad por la operación de la Mina El Pinabete correspondiera al Estado.
En este gobierno se han ofrecido -equivocadamente dicen pidieron- disculpas a sobrevivientes de diversos eventos en los que no participaron elementos gubernamentales. Al igual que con Felipe Calderón se construyen memoriales.
¿Qué pasa con la cuatroté?
El presidente dice que seguirá recuperando tierras, minas, como lo ha hecho con el petróleo. Yes cuando se le debe solicitar que recupere California, Nuevo México, Arizona y parte de Texas.
Claro, eso no lo puede hacer, aunque la razón le asista a México.
Se mente con los pequeños, para él grandes empresarios y poseedores de enormes fortunas que, equiparadas con las del otro lado del Río Bravo, no pintan. Aquí, sin embargo, por supuesto que no viven en la pobreza franciscana. Como tampoco el presidente lo hace.
¿Qué tuvo el Gobierno federal qué ver con el incendio del Casino Rosal?… ¿por qué pedir perdón a los familiares de las 52 víctimas que fallecieron en el ataque del 25 de agosto del 2011?
El bueno -¿para qué?- de Alejandro Encinas junto con el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, fueron quienes ofrecieron disculpas y pidieron perdón.
Encinas, como buen actor de la bondad, dijo: “Una disculpa honesta y sincera, sin dobleces y sin ningún tipo de ambigüedades, porque en este acto de terror y barbarie se cometieron violaciones graves a los derechos humanos. Por eso venimos a ofrecer disculpa pública, refrendando el compromiso del gobierno de que no se repitan estos hechos y se tenga la vigilancia permanente”.
Si de actos de terror y masacres se trata, entonces el funcionario tendrá que recorrer todo el país y disculparse con la mitad de la población porque el Gobierno no ha sido capaz de frenar la violencia que ha cobrado miles de vida desde que se inició este gobierno.
¿Creen en Palacio Nacional que con ofrecer o pedir disculpas la gente olvida sus tragedias?
Son actos populistas. Son aquellos eventos y palabras en las que sí hay dobleces, pero inversos. Tienen la finalidad de que los afectados sientan “la ternura del gobierno” que se preocupa por los pobres y por ello ha incrementado el número.
La indemnización a las viudas de los mineros atrapados a 60 metros de profundidad y que no se logró rescatarlos con vida por la ineficiencia de la titular de la Coordinación de Protección Civil, genera dudas.
La responsabilidad del Estado no alcanza para indemnizar a todo aquel trabajador que muera cumpliendo con su empleo, bueno o mal, bien o mal pagado. No habría dinero suficiente para cubrir los gastos. Si los mineros hubieran sido empleados de la CFE, empresa para la cual sacaban el carbón, tendría que ser la propia eléctrica la que pagara, aunque se abriría un camino de ilegalidad. La obligación es inscribirlos en el IMSS y que se cubra lo que la Ley Federal del Trabajo y el artículo 1234 constitucional, marcan.
¿Acaso se lava la cara el presidente por los contratos otorgados por la CFE para comprar el mineral fósil?
Disculpas, indemnizaciones, memoriales, fracasos que demuestran la improvisación para gobernar.
Ah, por cierto, hoy es el 4o. desinforme de esta administración.
