Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Conforme se le agota el tiempo, Andrés Manuel López acentúa su falta de respeto hacia sus gobernados. Dos, entre una centena de ejemplo, bastarían para evidenciar que supone, erróneamente por supuesto, que los mexicanos carecemos de neuronas que nos permitan discernir y disentir.
1.- Decir que los actos violentos de la semana pasada en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California, fueron obra de los “adversarios” y fue más ”espectáculo” que realidad, muestra que no celebra el 10 de mayo.
2.- Designar a Leticia Ramírez Amaya nueva secretaría de Educación porque “tiene de profesión ser maestra -de primaria”, ratifica su desprecio por la responsabilidad que le corresponde al Estado en materia educativa.
En la primera parte, desestimar los daños sufridos por centenares de personas -quizá miles- por los hechos violentos que iniciaron el martes y culminaron el sábado y en los que cuando menos 15 personas perdieron la vida por los disparos arteros de los criminales, 30 tiendas de conveniencia fueron incendiadas, una docena de autobuses y otro tanto de autos, quemados y afirmar con una seguridad que genera terror que “fueron los adversarios” a su gobierno los que implementaron las acciones, se pasa de tueste.
Los actores violentos son criminales profesionales. Son los que reciben abrazos y no balazos. Son a quienes les sobra el dinero obtenido por la siembra, cosecha, trasiego, tráfico de enervantes, cobran derecho de piso, extorsionan, secuestran, amenazan y asesinan. No necesitan el dinero de los “adversarios”. Actúan porque saben que nada les pasará. Porque las fuerzas federales, estatales y municipales, siempre llegarán tarde. Lo hacen por temor, omisión o connivencia con los malandros.
Afirmar que las noticias difundidas en relación con los hechos son “amarillismo” equivale a un recordatorio materno pronunciado con muy mala leche.
¿Qué debieron hacer los medios?… ¿ocultar la información para proteger al iluminado?
¿Medios y periodistas debimos solicitar línea presidencial para escribir, publicar y difundir la realidad?
Los videos, las fotos, las imágenes difundidas en redes sociales ¿son falsas? Solamente que las haya grabado el camarógrafo de apellido Ibarra. Él sí monta el show. ¿Se olvido la gente del engaño de viajar en tren desde y hacia el aeropuerto “internacional” Felipe Ángeles?
Si todo fue un “espectáculo” que la Fiscalía General de la República y las estatales investiguen y descubran cuáles de los millones de adversarios estuvieron detrás de los ataques.
Lo demás es cuento chino.
En el segundo caso, de acuerdo con la información proporcionada por la nueva secretaria de Estado en su declaración pública del portal Declaranet, tiene una licenciatura trunca en Antropología Social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y una licenciatura concluida como Profesora de Educación Primaria por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros en 1984.
Tuvo actividades sindicales en el SNTE y en la CNTE y desde hace 23 años trabaja al lado del hoy presidente. Es decir, ambos son “cuadernos”.
No obstante tener una carrera truncada, en boletines oficiales se le acomoda el título de “antropóloga”.
Sin dudar de que sea una buena maestra de primaria -aunque para enseñar del primero al cuarto grado no se requiere mayor capacidad-, dar el salto de ser la titular de la “oficialía de partes” de la Presidencia, no la hace apta para dirigir la educación de 25 millones de alumnos.
Como le decía ayer a mi compañero de trabajo en el 760 de Amplitud Modulada, Miguel Ángel López Farías, Joseph Goebbels cambio de domicilio. No se suicidó. Simplemente se cambio de casa y país. Ahora habita en Palacio Nacional y por eso su teoría de la mentira repetida un millón de veces se hace verdad.
¿O no, ciudadano temporal de Palacio Nacional?
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