México.- Heredera de una de las compañías familiares más relevantes en el mundo, María Asunción Aramburuzabala continúa en los principales listados de los millonarios del mundo.
Recientemente, fue incluida como una de las “100 Mujeres más poderosas de los negocios” de acuerdo con Expansión Mujeres y es catalogada como la mujer más rica de México además de ser la única incluida en el Top 5 de millonarios nacionales.
Sin embargo, destaca que desde hace al menos tres años su fortuna la ha forjado fuera de la economía mexicana.
Su retirada de los negocios en México inició en 2012 con la venta de su participación accionaria en Grupo Modelo, a la cervecera belga Anheuser-Busch InBev a través de una Oferta Pública de Adquisición (OPA), calificada como la mayor transacción exenta de impuestos en la Bolsa.
A esta desinversión, le dio continuidad con la venta de su compañía KIO Networks a I Squared Capital por una suma superior a los mil millones de dólares.
Recientemente, María Aramburuzabala optó por vender su otra compañía Medistik a Grupo Tracción, por un valor de 1,567 millones de pesos, transacción que de acuerdo con documentos oficiales fue en efectivo.
En fechas más recientes, han trascendido sus intenciones por vender la participación que mantiene en la Universidad de Estudios Avanzados (Unea), cuyos planteles operan en los estados de Aguascalientes, Coahuila, Querétaro, Chihuahua, Baja California y San Luis Potosí.
La decisión de Aramburuzabala por disolver sus inversiones en empresas que operan en México, tiene de trasfondo sus intenciones de migrar sus negocios hacia un mercado que hasta hace algunos meses parecía más estable, como lo es el norteamericano.
Sin embargo, el efecto inflacionario y la recesión inminente que han previsto especialistas del sector, apuntan a que la desinversión de la empresaria mexicana obedecería a problemas de manejo de capital y crisis en sus negocios, por lo que un ambiente conservador para sus inversiones sería el más indicado.
Con la entrada en 2018 de una nueva administración federal, María Aramburuzabala adelantó poca fluidez de contratos, como lo venía manejando con administraciones pasadas.
Fue entonces que emprendió el primer movimiento para sacar sus activos del país, cediendo el control de los negocios que aún operan en México a su hijo, Pablo Zapata Aramburuzabala y así, poder concentrarse en estrategias sólidas de inversión en Estados Unidos y algunos países de Europa.