Ernesto Suaste Gómez ha construido e instalado, en varios hospitales del país, equipo para el estudio de la visión en personas con problemas neurooftalmológicos y diabetes mellitus. Es miembro de diversas asociaciones nacionales e internacionales de ingeniería biomédica; como parte del Cinvestav cuenta con 34 patentes y ha contribuido en la formación de 71 graduados y graduadas (55 de maestría y 16 de doctorado).
Adscrito a la Sección de Bioelectrónica del Departamento de Ingeniería Eléctrica del Cinvestav, Suaste Gómez fue distinguido como miembro honorario vitalicio de la Federación Internacional de Ingeniería Médica y Biológica (IFMBE, por sus siglas en inglés) “por sus aportes al desarrollo de la ingeniería biomédica en México y Latinoamérica”.
Al respecto de esta distinción, el investigador señaló que tendrá implicaciones positivas en el desarrollo de la ingeniería biomédica en México, “al ser miembro vitalicio podré participar en comités educativos y en congresos, lo que abre una ventana de oportunidades para el país al contar con un representante en esta Federación”.
El reconocimiento se le otorgó durante el Congreso Mundial de Física Médica e Ingeniería Biomédica 2022, de la Unión Internacional de Ciencias Físicas y de Ingeniería en Medicina, el cual se realizó en Singapur del 12 al 17 de junio.
Para obtener este título, Suaste Gómez fue nominado por alguno de los miembros de las organizaciones afiliadas a la IFMBE, al Consejo Administrativo o a los Comités de nominaciones y premios. La elección se basó en los resultados de la votación que llevaron a cabo los integrantes de la Asamblea General vía correo electrónico.
En cuanto a las aportaciones que ha realizado en favor de la ingeniería biomédica está su participación en el diseño y la construcción de diversos instrumentos biomédicos, como es el caso del equipo instalado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto Mexicano del Seguro Social de Irapuato, Guanajuato, proyecto a cargo del Cinvestav que concluyó en 1979.
Más tarde, Suaste Gómez, quien fue uno de los primeros graduados del Programa de Maestría de Ciencias en Bioelectrónica del Cinvestav, codirigió un proyecto, de 1984 a 1986, desarrollado entre el Departamento de Ingeniería Eléctrica y el de Biotecnología de este Centro, para equipar y controlar una planta piloto de fermentaciones, en la que en un inicio se utilizó bagazo de caña con el fin de produccir un tipo de proteína empleada en la alimentación de algunos animales (como cerdos, aves y rumiantes).
Otro de los aspectos relevantes es su participación en la consolidación de la Sección de Bioelectrónica del Cinvestav, de la que fue jefe en dos ocasiones, de 1989 a 1993 y de 2019 a 2021, y en donde actualmente cultiva dos líneas de investigación: transductores piezoeléctricos, visión y movilidad ocular.
Además, en 1988, diseñó los planes de estudio de la licenciatura y de la especialidad en Ingeniería Biomédica de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología del Instituto Politécnico Nacional.
Como presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Biomédica (SOMIB) de 1992-1993, buscó realizar varios congresos en el interior del país y promover la disciplina a nivel Latinoamérica, siendo miembro fundador del Consejo Regional de Ingeniería Biomédica para América Latina (CORAL).
Resultado de lo anterior, en 1998, fue presidente del comité organizador del primer Congreso Latinoamericano de Ingeniería Biomédica, del CORAL y la SOMIB, que tuvo lugar en Mazatlán, Sinaloa.
“Todos estos esfuerzos, en los que colaboraron investigadores e investigadoras de diversas instituciones y asociaciones, hicieron posible la existencia de alrededor de 50 programas de posgrado en ingeniería biomédica con los que cuenta actualmente el país. En este sentido, el Cinvestav ha sido fundamental en la preparación de recursos humanos”, dijo Suaste Gómez, quien también fue jefe del Departamento de Ingeniería Eléctrica del Cinvestav de 2003 a 2007.
En 1998, Suaste Gómez planteó en el libro Ingeniería biomédica: antecedentes, desarrollo y desenlaces en México varias propuestas a fin de consolidar esta disciplina, una de ellas se concretará en 2028 cuando tenga lugar por primera vez en el país el Congreso Mundial de Física Médica e Ingeniería Biomédica. Sin embargo, a decir del investigador todavía quedan retos pendientes, considerados en dicho texto, como lograr la creación de un Instituto Nacional de Ingeniería Biomédica, que cuente con los mejores especialistas y las tecnologías más avanzadas para atender distintos problemas de salud de la población
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