El papa Francisco fue recibido con tambores y cantos tradicionales durante su visita a Edmonton, Canadá. En el lugar lo esperaban representantes de los pueblos indígenas a quienes pedirá disculpas de parte de la Iglesia Católica por los abusos a los que fueron sometidos en las escuelas donde fueron internados para los llamados procesos de asimilación.
Tras un vuelo de más de diez horas y debido a la diferencia horaria, los organizadores del viaje prefirieron que el papa descansase el resto de la jornada en el seminario de esta ciudad de la provincia canadiense de Alberta para afrontar mejor el resto de la agenda que comenzará mañana, lunes.
Debido a sus problemas de rodilla, el papa bajó el avión en un ascensor y no por las escalerillas y en silla de ruedas se dirigió a uno de los hangares del aeropuerto donde le esperaban la gobernadora general de Canadá, Mary Simón, la primera indígena en ocupar este cargo y el primer ministro, Justin Trudeau.
El papa fue recibido por un grupo de tambores de seis personas y cantantes de la Alexis Nation que interpretaron sus cantos tradicionales y después en un gran silencio con Simon, Trudeu y el papa sentado se produjo el intercambio de saludos de las delegaciones.
Un cambio en el protocolo habitual que parece que se repetirá en los próximos días para evitar que el papa pase demasiado tiempo de pie.
Además de los representantes indígenas también había soldados del 1er Grupo de Brigadas Mecanizadas Canadienses.
Una ceremonia breve como serán todos los eventos de este viaje para que el papa Francisco, de 85 años, no se canse demasiado.
Este será un viaje que pondrá a prueba los problemas de movilidad de Francisco, aunque durante el vuelo, el pontífice quiso caminar por los estrechos pasillos del avión para saludar a los periodistas ayudándose de un bastón.
«Mejor que ayer, pero peor que mañana», bromeó Francisco sobre cómo se encontraba de su dolor de rodilla.
Durante el vuelo, Francisco aseguró a los periodistas que viaja con el «espíritu» de realizar un «viaje penitencial» para pedir disculpas a las poblaciones indígenas.
Cuando se le preguntó si no se cansaba demasiado al andar por el avión y si no hubiera sido mejor que estuviese sentado durante los saludos, el pontífice argentino respondió que podía hacerlo poco a poco.
Los periodistas le preguntaron sobre todo sobre el posible viaje a Ucrania y Francisco aseguró que le gustaría ir y que se «irá viendo», pero admitió «que es complicada» la organización.
El secretario de Estado para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, aseguró en una reciente entrevista que Francisco podría ir ya en agosto a Kiev, aunque según las respuestas del papa esta circunstancia parece remota.