MARGOT ACOSTA
Conquistar la Ciudad de México es el sueño dorado del narco mexicano. En los últimos años, ya son dos los cárteles que han tratado de ingresar: el Nueva Generación, de “El Mencho” y “Los Chapitos”.
Aseguran los que saben del asunto, que los hijos de “El Chapo”, llamados: Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López no son aceptados como dirigentes del Cartel de Sinaloa e inclusive no son santos de la devoción del actual mero, mero Ismael “El Mayo” Zambada.
De aquí que la segunda incursión de un cártel de otra entidad, en la Ciudad de México haya sido un fracaso.
Y decimos segunda, porque el primero que pretendió conquistar la capital de la República fue “El Mencho”, mandamás del Cartel Jalisco Nueva Generación. Como consecuencia del trabajo de las fuerzas de seguridad capitalinas, sus enviados fueron rechazados violentamente y como consecuencia posteriormente sobrevino la venganza, cuya consecuencia fue emboscar al titular de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, quien resultó herido.
Mucha sangre continuará derramándose cada vez que alguien de los 16 cárteles que hay en la República, pretenda apoderarse de la capital del país para realizar sus turbios negocios.
No se trata de alguna altruista razón, sino de que ya es suficientes con los existentes en esta cabeza de metrópoli. Suman 40 grupos delincuenciales (El Financiero, Saúl Vega, 03-07-2020) distribuidos en las 16 alcaldías.
¿Más competencia? Seguramente, aunque en el interior de la República, hay cárteles que abarcan completamente la cadena de producción, así como la venta en las zonas.
Pero en el caso de “Los Chapitos”, vale recordar lo señalado recientemente por Insigth Crime:
“En octubre de 2019, las fuerzas de seguridad mexicanas ejecutaron una operación para capturar a Ovidio en Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, que resultó mal planeada. Poco después de que se corriera la voz sobre la detención de Ovidio, los miembros del Cartel de Sinaloa respondieron con toda su fuerza, llenando la ciudad con un ejército que paralizó a los ciudadanos y lanzó una ofensiva total para demandar su liberación. El presidente Andrés Manuel López Obrador finalmente “ordenó que se detuviera el operativo y se liberara al presunto criminal”.
Ciertamente los hijos de “El Chapo”, por su lado o asesorados desde la cúpula del Cartel de Sinaloa no cesarán en sus intentos, porque como recuerda Insight Crime:
“En 2016, ambos hermanos hicieron parte de un grupo de hombres secuestrados por el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en un fino restaurante de un elegante distrito del centro turístico de Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, donde el CJNG tiene su territorio. Ambos hijos fueron liberados posteriormente”.
¿Y ahora? La balacera ocurrida en Topilejo entre integrantes del grupo “Los Chapitos” y elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana hace pensar que el grupo ya estaba operando en la capital y no necesariamente que tras el enfrentamiento se produzca una retirada de los integrantes del grupo sinaloense.
El calambre de aquel día fue de “Los Chapitos” para con la policía capitalina o, por el contrario, las fuerzas de seguridad de la Ciudad de México, advirtieron a los delincuentes que estaban pisando terreno minado.
Habrá que esperar. No cabe duda que el tiempo dirá la realidad sobre los hechos. ¿La verdad? Difícilmente la sabremos.
Aunque hay que señalar que en conferencia de prensa García Harfuch dijo que el operativo se llevó a cabo tras las denuncias realizadas por ciudadanos acerca de personas armadas en el sur de la ciudad.
Sí, porque fue en una casa de seguridad donde se enfrentaron los delincuentes con la policía.
En fin que en este rubro como en ningún otro no todo está escrito. Apenas empieza…