Sospechoso Silencio 

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Usted dirá ¿Jesús no tiene otros temas para escribir?

Le responderé: ¡Por supuesto que sí!

Sin embargo, en sus ansias por marcar la agenda política, social y económica, el presidente siempre está generando lo mismo verdades a medias que mentiras completas. No hay día en que no defenestre a algún sector de la población a una persona en especial. Se le agotan los nombres y entonces toma camino hacia el silencio.

Se lo escribo porque la noticia de la semana fue la captura de Rafael Carso Quintero en un operativo de la Marina y se completó el cuadro con el desplome de un helicóptero en el que viajan 15 marinos, 14 de los cuales fallecieron y que participaron en la detención del peligroso capo que, por los videos difundidos de manera oficial, ni “las manos metió” y la sed lo venció.

Por menos importante que sea otra información, el presidente la aborda, aunque no tenga los pelos de la burra en la mano. Tiene, siempre uy por supuesto, los otros datos.

Caro Quintero perdió la libertad el pasado viernes. Por lo que se sabe, su captura ocurrió entre las 12 y las 14 horas. No hay precisión sobre el momento. Por cierto, no tiene importancia. Lo vital fue la aprehensión.

El sábado los periodistas que lo acompañaron a una gira a Veracruz, en donde inauguró una planta de café, le pidieron al presidente de México una opinión sobre el éxito de la investigación de la Marina que concluyó con la detención de uno de los personajes más buscados desde hace 9 años, cuando por un fallo judicial, se le otorgó la libertad luego de 28 años de prisión de los 40 a que fue sentenciado.

Los reporteros se quedaron con las ganas de una respuesta. Surgió un silencio que se presta a sospecha.

El martes pasado, desde el púlpito guinda, se negó a comentar el enfrentamiento entre policías de la Ciudad de México y criminales en el pueblo de Topilejo, que más tarde fueron identificados como enviados de “los chapitos”, porque no tenía información y en la reunión de gabinete de seguridad de ese día no se abordó el tema. Los días subsecuentes, omitió aplaudir al secretario de seguridad ciudadana, Omar García Harfuch y a su jefa, la gobernadora de la capital del país, porque los de azul ganaron la batalla y detuvieron a 14 personas -4 de ellas puestas en libertad al comprobarse que nada tuvieron que ver con la balacera- y con la acción aplicaron freno de mano a los delincuentes.

De Caro se esperaría una declaración triunfalista, en la que se mostraría que la política de “abrazos, no balazos” funciona. ¿La razón? Los marinos no dispararon un solo tiro, porque Max, una perra de del batallón canino de la Semar, olfateó al narcotraficante oculto en unos matorrales. 

No hubo necesidad de disparar ni siquiera al aire. Caro estaba superado en número y sus achichincles estaban ausentes.

La sorpresa para los periodistas fue que el presidente no dio nota.

Porque el mensaje pronunciado en la inauguración de la cafetalera no aportó nada nuevo. Reconocer que las inversiones extranjeras siguen al alza, porque “confían en México”, y es un asunto 

Desgastado.

Nadie se explica el silencio presidencial. Menos cuando las opiniones de tirios y troyanos, en donde no están los de Morena ¡por supuesto”, se encaminaron a la hipótesis que la acción obedeció a una petición del presidente Biden. Nadie puede corroborarlo, excepto los señores López y Biden.

A veces el silencio dice más que mil palabras.

Se presta a interpretaciones que podrían ser erróneas. ¿Qué orilló al presidente parlanchín a guardar silencio?

Lo menos que se puede escribir es que se trata de un silencio sospechoso.

Seguramente esta mañana lo romperá. ¿Y cuáles serán sus argumentos?

Habrá que escucharlos con atención. Y leer entre líneas.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada

 

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