Las sanciones con que la Unión Europea busca contener a Rusia están resultando un disparo de Bruselas contra sus propios pulmones, con el riesgo de destruir la economía europea, estimó el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán.
«En un inicio pensé que sólo nos habíamos disparado en el pie a nosotros mismos, pero ahora queda claro que la economía europea se ha disparado a sí misma en los pulmones, y está dando bocanadas para tomar aire», expresó el mandatario en una entrevista con la radio pública de su país.
«Las sanciones no ayudan a Ucrania, en cambio son malas para la economía europea y, si continúan de esta manera, la asesinarán. Lo que vemos ahora mismo es insoportable», añadió.
Los aumentos en los precios internacionales del gas y la electricidad han orillado al mandatario húngaro a reducir los topes de precio a los más altos consumos domésticos de energéticos, echando atrás una de sus políticas económicas.
Las sanciones contra los mercados rusos fueron impuestas como represalia contra la operación militar especial que sostiene el Kremlin en Ucrania desde febrero de 2022.
Si bien Orbán reconoció que Kiev necesitaba apoyo, estimó que los líderes europeos deberían reconsiderar su estrategia, pues las restricciones a los suministros rusos han esparcido el daño por las economías del continente sin debilitar en los hechos a Rusia o prefigurar soluciones a su conflicto con Ucrania.
Los líderes de Bruselas, añadió, tendrán que admitir en el momento de la verdad que hicieron cálculos equivocados en torno a su política de sanciones contra Rusia y sus consecuencias, y tendrán que cambiar de estrategia.
El primer ministro de Hungría enfrenta ya mismo su mayor desafío político, con la inflación en su tope más alto de las últimas dos décadas, la moneda nacional en picada y los fondos de la Unión Europea en el limbo.
Además, Orbán impulsa aumentar impuestos a cientos de miles de pequeñas empresas en busca de contener el creciente déficit presupuestario de Hungría, sin embargo, la medida ha derivado en múltiples protestas y descontento en Budapest.
Información: Sputnik
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