Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Desmentido por tirios y troyanos, claro, todos guinda y encabezados por su líder espiritual y terrenal, la verdad se impone y muestra que la MILITARIZACIÓN avanza en el país y que cada día las fuerzas castrenses, militares, marinos y elementos de la GN, actúan en tareas inesperadas y no contempladas en las funciones de las mismas.
Es bien sabido que ingenieros, arquitectos, abogados, soldados y marinos realizan tareas de albañiles, plomeros, soldadores, diseño de planos, cálculos estructurales, planeación de carreteras, administración de aduanas, dirección financiera de instituciones de seguridad social, manejo del espacio aéreo, tendido de vías férreas y un largo etcétera. Mantienen sus programas de apoyo a los civiles en casos de desastres naturales y persiguen, sin capturarlos, a los criminales que extorsionan, secuestran, ejecutan, hasta ahora, a 126 mil personas en lo que del presente sexenio.
Han dejado de lado su primigenia función: ser garantes de la integridad y soberanía territorial del país, todavía llamado México. (Aunque hay quienes pretenden cambiarle no solo el nombre sino hasta el modo de andar de todos los mexicanos).
De llamar la atención que elementos del ejército y de la Guardia Nacional, cuyos elementos siempre llegan tarde a los eventos sangrientos que han teñido de rojo gran parte de la tierra nacional, ahora tenga otra misión: resguardar el “orden” en las estaciones del Metro, de la Línea 1, ahora que iniciaron los trabajos para su remodelación y rehabilitación.
Para movilizar a miles de usuarios del Sistema de Transporte Colectivo, utilizan vehículos militares -no es criticable- cuando la responsabilidad corresponde a la Jefa de Gobierno quien justifica la presencia de los militares.
Dice: “No son muchos elementos, pero ellos participan en nuestro Gabinete de Seguridad y nos pidieron participar, estar apoyando y nosotros pues ‘bienvenidos’. Y, además, qué bueno que nos ayuden y que vea la población que el Ejército, que la Secretaría de la Defensa, hoy es algo completamente distinto de lo que era antes”.
Como experta historiadora del militarismo en el país, la gobernadora apuntó: Antes, el Ejército se dedicaba a reprimir y hacer guerras contra el narco, hoy se dedican a apoyar a la población.
Se ignora, por supuesto, que los criminales actúan en el marco de la impunidad que les proporciona el hecho de que el ejército y la marina y en este sexenio la Guardia Nacional, tienen instrucciones precisas de no defenderse. Observar las decenas de videos que circulan en redes sociales, sobre todo en Facebook y Twitter, en las que un solo sujeto toma piedras y corretea a los militares. Y no se defienden. No detienen al agresor.
Su obligación para con la PATRIA no es construir aeropuertos -que dejan mucho que desear- ni tender vías para un tren que devasta zonas irrecuperables y menos andar de choferes para transportar a los usuarios del Metro.
Hacer público que quienes participan como representantes de la Defensa Nacional en el “Gabinete de seguridad” del gobierno capitalino, solicitaron participar, ayudar en seguridad y orientación de miles de personas que se transportaban en el Metro, parece una justificación sin la fuerza necesaria.
Porque los usuarios se quejan de la presencia de militares armados hasta los dientes. De ello, Claudia Sheinbaum señala que es “parte del uniforme”.
Sin duda y aunque se niegue desde Palacio Nacional, en el Viejo Ayuntamiento, en San Lázaro y hasta en el oropelesca sede del Senado, la militarización avanza sin que nadie entiende que la función de soldados y marinos es proteger el territorio y la soberanía nacionales.
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