*Aun no se Observa Candidato de Peso que Pudiera Lanzar la Aglutinada Oposición
*Mucho Cartucho Quemado y Pocas Expectativas, dan Escasas Posibilidades de Éxito
*Crítica Constante a las Acciones del Gobierno, Pero sin Propuestas Viables Para Frenarlas
*Cuestionan Estrategias en Materia de Seguridad y la Militarización al Perseguir Criminales
*Señalan que las Dádivas no se Transparentan y hay Exceso de Gasto Público en Opacidad
*Censuran las Obras Faraónicas, la Educación Deficiente, las Crisis Económica y Sanitaria
*Y hay Reclamos de Compromisos Incumplidos y Critica por la Invasión de Poderes Desde Palacio
JESÚS MICHEL NARVÁEZ
Fragmentada la sociedad civil y fracturada la oposición, el surgimiento de frentes, asociaciones, organismos, para frenar el avance de Morena y arrancarle la Presidencia de la República en 2024, tiene un gran defecto: las integran los mismos personajes que han estado en el ejercicio político durante décadas y que, durante sus cargos legislativos o administrativos o de dirección de partidos, no fueron capaces de preservar la preferencia de los electores y perdieron la confianza.
Organismos como Va Por México, Frenaa y ahora el Frente Cívico Nacional, carecen de la oferta política que revierta la descomposición social y política en la que se ha sumergido el país desde el triunfo de Morena y su candidato en 2018.
Con una crítica constante a las acciones del gobierno, pero sin propuestas viables para frenarlas, tanto los partidos de oposición y los organismos creados exprofeso para hacerle frente a Morena, no han logrado penetrar en la mente de los ciudadanos y, en cambio, han provocado que a la memoria regrese el comportamiento de quienes gobernaron.
La sociedad civil, aquella a la que el presidente López “no le gusta”, está apagada.
Alto al Secuestro, Ciudadanos por una Causa en Común, México contra la Corrupción, Movimiento Ciudadano por la Democracia, Artículo 19, (capítulo México), México Abierto y Presencia Ciudadana A.C., entre una docena, están dedicadas a “asuntos especiales” que refieren el asesinato de policías, de periodistas, desaparición de defensores de derechos humanos, estadística de violencia, entre otros menesteres.
Las protestas que realizan en contra de acciones gubernamentales se centran en cuestionar las estrategias en materia de seguridad, de militarización de acciones de persecución del crimen, cuerpos policíacos estatales y municipales sin recursos; dádivas que no se transparentan, exceso de gasto público en la opacidad, obras faraónicas, educación deficiente, crisis económica y sanitaria, reclamo de compromisos no cumplidos y acusaciones sobre la invasión de poderes desde Palacio Nacional.
Sin embargo, no existe una campaña formal, en la que las oposiciones y la sociedad civil propongan acciones que frenen el ataque devastador en contra de sectores fundamentales para la generación de empleos, crecimiento económico y estado de derecho.
Los partidos de oposición coinciden en la defensa del INE y el TEPJF y se oponen a una reforma electoral cuya intención es desaparecer la forma en que se integran los órganos electorales y someter al “escrutinio del pueblo”, mediante elección directa, la designación de los consejeros y magistrados, independientemente de la desaparición de legisladores de mayoría y la integración de las Cámaras al Congreso de la Unión por diputados y senadores plurinominales y de lista.
AL CALOR DE
LA SUCESIÓN
En línea con lo que hace el gobierno de Morena, de culpar de todos los males que padece el país al pasado de los neoliberales sin presentar pruebas ni mostrar avances que beneficien a los mexicanos de todos los estratos sociales, las oposiciones y el nacimiento de nuevos frentes pulverizan las posibilidades de tener el éxito que, por el hartazgo de millones de ciudadanos, podrían estar al alcance de sus manos.
Adelantado el proceso sucesorio desde el año pasado, rompiendo toda formalidad conforme a las leyes electorales, el gobierno de Andrés Manuel López exhibió las “corcholatas” con las que juega para encontrar al sucesor y ha señalado que le “sobran prospectos y si quieren las oposiciones, les prestamos algunos”.
La decisión presidencial de adelantar el proceso de manera irregular le ha permitido que sus compañeros de viaje se promuevan, violen la Constitución y la legislación electoral, mientras las oposiciones deshojan la margarita y crean organismos para tratar de formar grupos fuertes en los que no solamente participen los partidos de la Alianza Va Por México, sino lo haga la sociedad civil.
Sin embargo, los nuevos organismos, los creados para hacer frente a Morena y derribar las estructuras de la autocracia, que se han venido construyendo desde la toma de posesión del mandatario López, tienen como cabezas visibles a los mismos políticos y representantes de la sociedad civil de todos los tiempos.
En este gobierno nació el Frente Nacional ANTIAMLO conocido como Frenaa, cuya cabeza visible es Gilberto Lozano, un empresario regiomontano y que en su aparición tomó por sorpresa la Plaza de la Constitución e instaló un campamento que permaneció por 40 días. En respuesta, el presidente anunció en una de sus mañaneras que si juntaban 100 personas en la protesta se iría.
Aunque presuntamente con notario público se confirmó la presencia de “172 mil asistentes”, el número no fue admitido por el Jefe del Estado mexicano y el movimiento inició un proceso de “ausencia” del que no ha regresado.
Además de la sociedad civil callada, en los tres partidos que firmaron el 22 de diciembre de 2020 para ir juntos en la elección federal y algunos gobiernos estatales, existen severos problemas.
Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, es el más golpeado. Los audios “hallados fortuitamente y entregados por ciudadanos” a la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, se convirtieron en disparos que dieron en la línea de flotación. Durante las últimas semanas ha sido expuesto públicamente como un personaje “corrupto” y, hasta una orden de cateo se ejercitó en su domicilio particular que, incluso, cuestionó el presidente López, quien declaró el martes 5 de julio que, si bien el señor Moreno no es de sus preferencias, no comparte la forma en que se realizó el cateo, porque es “humillante”.
Moreno se niega a dejar la dirección del PRI con el argumento de que fue electo por cuatro años por la militancia “y a mí no me puso ningún presidente”. Hace dos semanas, el coordinador de la mini bancada del PRI en el Senado de la República, Miguel Ángel Osorio Chong, junto con su par, Claudia Ruiz Massieu, pretendió romper el pacto acordado por los tres dirigentes: Marko Cortés (PAN), Jesús Zambrano (PRD) y Alejandro Moreno (PRI) quienes declararon la “moratoria legislativa” para frenar cualquier iniciativa de reforma constitucional que enviara el presidente López o presentara cualquier diputado del bloque oficialista: Morena, PT y PVEM. Los senadores declararon públicamente no estar de acuerdo con la medida y anunciaron que no la secundarían. Durante una semana, el hidalguense se dedicó a conceder entrevistas en radio y prensa escrita para insistir en que Moreno Cárdenas renuncie.
Luis Enrique Cházaro, coordinador de los diputados del PRD, explicó a MISIÓN POLÍTICA que los problemas internos se resuelven de manera interna y que el pacto Va por México y la moratoria legislativa no se afectan de ninguna manera.
“El acuerdo de Va por México es entre los institutos políticos, no entre las personas”, sostiene.
Planteó que, en efecto, habrá renovación de dirigencias nacionales en el PRI y en el PRD y solamente permanecerá al frente del PAN hasta 2024 Marko Cortés.
“Quiero insistir: el Pacto es entre las instituciones y los relevos no lo rompen”, afirma.
Por su parte, Marko Cortés asegura que apostó por la coalición y aunque la decisión no estuvo exenta de debate dentro del partido, “se puso en el centro, la crítica situación del país, donde se amenaza a las instituciones y al sistema democrático”.
Recuerda que el «Pacto por México», impulsado durante el mandato del expresidente Enrique Peña Nieto, “promovió una agenda de modernización al país” al tiempo de asegurar que las amenazas en la presente legislatura son a causa de la oposición.
“EL objetivo principal es defender lo que con muchos años hemos conquistado”, dice el jefe nacional del albiazul.
LA “NOVEDAD” ES
QUE NO ES NOVEDAD
La semana pasada se anunció la creación de un “nuevo” organismo que “impulsa que partidos de oposición, organizaciones de la sociedad civil, así como la ciudadanía, postulen un candidato único para competir contra Morena rumbo a la presidencia del país en 2024”.
El lanzamiento del movimiento Frente Cívico Nacional, está “integrado por académicos, intelectuales, ambientalistas, legisladores y otros grupos de la sociedad civil”, se muestra en su presentación.
Sin embargo, los nombres de quienes aparecen como los fundadores, son los mismos de siempre.
Entre sus integrantes se encuentran: Emilio Álvarez Icaza, Guadalupe Acosta Naranjo, Rosario Guerra, Cecilia Soto, Gustavo Madero, Claudia Anaya, Amado Avendaño, Paola Migoya, José Antonio Crespo, Mariana Moguel y Juan Francisco Torres Landa.
También son fundadores: Carlos Navarrete, Guillermo Valdés, Demetrio Sodi, Fernando Belaunzarán, Lucero Alvarado, Macario Schettino, José Luis Porras Armentia, Miguel Alonso Raya, Ignacio Pinacho, Leopoldo Hernández Romano, Jorge Carlos Días Cuervo, entre otros.
¿Qué ofrece el FCN? Nada nuevo. EL perfil de quienes lo integran en su probable consejo directivo, ya fueron dirigentes de partidos, senadores, diputados, delegados políticos y no crecieron. Cada cual se acomodó para “brillar” en lo personal sin haber aportado nada que sea digno de consignar.
La novedad de la creación del Frente Cívico Nacional es que no es novedad. Es un organismo más. uno más que pulveriza la integración de un verdadero frente amplio en el que estén no solamente los representantes de sectores importantes, sino ciudadanos que compartan el ideal que, seguramente, presentarán en algún momento.
Le hacen el juego al presidente López y se produce mayor división.
LAS OPOSICIONES
¿TIENEN CANDIDATO?
Frente a la delantera que llevan las “corcholatas”, tres en específico: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, algunos militantes de los partidos Va por México, ya alzaron la mano para convertirse en el abanderado de la Alianza.
El primero en levantarla desde el año pasado fue Alejandro Moreno Cárdenas, quien bajo las actuales circunstancias parece estar eclipsado y sin posibilidad alguna de ser nominado.
Santiago Creel, quien aspiró a ser el candidato del PAN en 2006, ya se apuntó.
Y el tercero, quien se considera la “única opción” es Alejandro Murat Hinojosa.
Sin embargo, no hay decisión de las dirigencias.
En el transcurso de los meses surgirán otros aspirantes. Quizá alguno o alguna que, en realidad, haga clic con la ciudadanía. Un rostro fresco.