Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
División produce pleito, reyerta, enfrentamiento.
Esto le ocurre a Morena y a Mario Delgado en cuanto a la selección de candidato o candidata al gobierno del Estado de México.
El dirigente nacional del partido oficial, no logró consensuar el “movimiento de unidad” y abrió las puertas para que se inscriba quien desee participar. Ya van 67 “aspirantes” de los cuales 64 son meramente “observadores” de lo que sucederá luego de que se realicen las 2 encuestas que definirán al o la abanderada de Morena que enfrentará al o el candidato de la alianza Va Por México.
La reyerta que libran Higinio Martínez y Delfina Gómez Álvarez le allana el camino a Horacio Duarte y pone en riesgo la anunciada victoria guinda en el territorio que, todavía, controla el inexistente Grupo Atlacomulco.
La secretaria de Educación -nadie se explica el mal trabajo que realiza- cuenta con el respaldo presidencial. Durante una gira a la entidad, el señor López la redestapó. Sin embargo, las condiciones no favorecen a la maestra de primaria. Las denuncias en su contra por haber descontado durante años el 10 por ciento de sus salarios a cuando menos 200 trabajadores del ayuntamiento de Texcoco, culminaron en una multa de 4.5 millones de pesos impuesta por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Es decir, se comprobó el ilícito, que la marca con el sello de “imborrable”, lo cual no actúa en su beneficio. Y si el presidente López es congruente, aunque es demasiado pedir, con su acostumbrada homilía, no avalaría la postulación.
El pero de siempre: si en la encuesta resulta victoriosa será impensable bajarla del carro de las ilusiones.
Higinio, mentor de Delfina, su hacedor y amo, decidió, no se sabe si por la libre, por la autopista o el libramiento, hacer públicas sus siempre bien conocidas aspiraciones de ser el candidato. Busco la postulación desde que era del PRD y de eso ya pasaron algunos años. Intentó hace cinco años y Delfina se le atravesó.
Hoy está en “abierta precampaña” convocando a todos los “morenistas de corazón” y quienes le han acompañado en diversos mítines. El cacique de la Zona Oriente del mexiquense estado, ha sabido llevar suficiente gente para que lo aplaudan, apapachen y le griten: ¡Higinio, Presidente!
Lo que en otros tiempos podría ser una ventaja, en los actuales es lo contario. Martínez está distanciado y diríase enfrentado, con Mario Delgado. Las diferencias son públicas y ninguno de los dos las oculta.
Sin el aval del exempleado de Marcelo Ebrard, será difícil que Higinio cruce la caseta sin pagar el peaje.
Porque es bien conocida la forma en que se realizan las encuestas y quién las dirige. Son muchos de los aspirantes que en ellas salieron ganadores y los bajaros. Por diversas razones incluía la de género.
Horacio Duarte, administrador general de Aduanas -un decir, porque quienes las operan y manejan son mandos navales-, había guardado cierta discreción y poco salía a los medios o participaba en “trabajos extra” a sus cargos.
Apareció de pronto como uno de los autores de la Reforma Electoral del presidente López. Iniciativa que, por cierto, y parece para siempre, permanecerá en la congeladora. Para alguien como el huésped temporal de Palacio Nacional, no es satisfactorio que sus órdenes no encuentren en el eco suficiente en San Lázaro para que sea aprobada. ¿Le resta puntos? Sin duda.
Con la convocatoria publicada y con acciones que han violado la legislación electoral, Delgado se prepara a rasurar la lista de aspirantes y dejar los que decida en el titiritero.
¿Se caerá la sopa del plato a la boca?
Si no se ponen de acuerdo los morenistas, se quedarán sin comer tacos placeros, tortas de chorizo y queso fresco.
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