Visita ¿Furtiva?

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

De no haber sido por las informaciones recogidas por las agencias internacionales de noticias, no habríamos sabido que una funcionaria mexicana estaba en Ginebra.

Y no, no anda de vigilante de Alejandro Moreno.

La secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales presentó una denuncia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra una empresa de Estados Unidos por daño ambiental en Quintana Roo.

María Luisa Albores, notificó una visita a la alta comisionada de Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet, ante quien acusó desastre ambiental ocasionado por la empresa minera Calizas Industriales del Carmen (Calica), suscrita a la estadounidense Vulcan Material Company, debido a la extracción de materiales de construcción.

“El territorio es de los mexicanos, cuidarlo es nuestra responsabilidad. Venimos a defender la naturaleza y nuestra soberanía”, apuntó Albores.

Aunque el presidente López se refirió al viaje de su empleada, jamás mencionó país o lugar al que acudiría.

Cuando uno lee Organización de las Naciones Unidas viene a la mente el impactante edificio ubicado en Manhattan con la mirada en las aguas del East River. Pero no todas las oficinas importantes se encuentran en Nueva York. Ginebra es otro gran centro de actividades políticas, además de financieras, en las que se ubican por, ejemplo, la de Derechos Humanos, cuya titular es la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet. 

Es curioso que con horas de diferencia la Alta Comisionada haya tenido reuniones o recibido a dos mexicanos: Alejandro Morena Cárdenas y María Luisa Albores.

Claro, ambos con diferentes temas e intereses.

Al centrarse en las declaraciones de la secretaria de Medio Ambiente y leer con detenimiento sus afirmaciones con las que justificó la denuncia: “El territorio es de los mexicanos, cuidarlo es nuestra responsabilidad. Venimos a defender la naturaleza y nuestra soberanía”, borra de un plumazo lo ocurrido en el tramo 5 del Tren Maya, en los manglares de la refinería Olmeca y en la deforestación en el Transísmico. 

Y hace recordar las palabras empleadas por Rocío Nahle cuando decidió cancelar los contratos a generadores de energías limpias: … empresas extranjeras roban el sol y el aire y estos recursos “no volverán jamás para el aprovechamiento de los mexicanos”.

Aquí, conforme a derecho, el Gobierno otorga concesiones mineras, petroleras, generadoras de energía, autopistas, aeropuertos, bancos, transporte, etcétera y lo hace por tiempo definido: 20, 30, 50 años. Al ejército, por ejemplo, le otorgó tres décadas para operar el Tren Maya.

Albores ha sido señalada por los “pseudo ambientalistas” de no haber entregado, públicamente por lo menos, el Manifiesto de Impacto Ambiental para el tramo 5. Se le ha recriminado haber permitido el derribo de 20 mil árboles en la zona, situación que, el titular de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer Falcón, ha tratado de desvirtuar informando que se sembraron más de 300 mil árboles.

El viaje de la señora Albores debió haber sido planeado y concertado para que Bachelet la recibiera.

¿Por qué no se informó que iría a la ONU -en Ginebra, por supuesto- para presentar la denuncia?

Y que no se nos diga ahora que fue para impedir que la empresa se amparara.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada

Un viaje ¿furtivo?

 

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