El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro prepara la modernización total de la Línea 1 con el fin de atender más de 500 mil usuarios diarios que transitan por sus 20 estaciones.
Para ello, el Gobierno de la Ciudad de México planea esta transformación en dos etapas: del 11 de julio de 2022 a marzo de 2023, cerrarán 12 estaciones (de Pantitlán a Salto del Agua), y entre marzo y agosto de 2023, de Balderas a Observatorio.
Este plan también incluye un proyecto alterno de movilidad para transportar a medio millón de personas con apoyo de otros medios como las líneas del Metro, el Metrobús, Trolebús y Camiones de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP).
Previo al arranque de la renovación, los días 9 y 10 de julio permanecerán cerradas las estaciones desde Observatorio hasta Isabel La Católica, como parte de las preparaciones para la primera etapa del proyecto. Unidades del RTP brindarán servicio entre estas estaciones durante ese fin de semana.
La vida útil promedio de un transporte como lo es el Metro es de 40 años, por lo que todos los sistemas de vía, señalización, eléctrico y electrónico han concluido su vida útil, han entrado en obsolescencia al igual que sus trenes.
Los preparativos para su modernización iniciaron hace tres años con todo un proceso de diseño y planeación científica y técnica con expertos nacionales e internacionales, así como un periodo de licitaciones.
Para esta línea ya fueron adquiridos 10 trenes y se espera la llegada de otros 29, de los cuales trabajarán diariamente 35, lo que provocará el incremento de capacidad de transportación en 35 por ciento.
Entre los beneficios que contempla todo este proceso están la disminución en tiempos de espera en los andenes, paso de trenes en estación cada 90 segundos: de Pantitlán a Observatorio se prevé un recorrido de sólo 30 minutos.
Para acelerar el proceso de los trenes, el ensamble se realizará en México, con la generación de empleos y transferencia tecnológica y de conocimiento.
El problema actual de la Línea 1 en cuanto a los trenes es que los que trabajan actualmente son insuficientes, presentan un nivel alto de fallas, lo que lleva a retrasos continuos, tiempos de espera y traslado largos y servicio lento e ineficiente.
El proyecto prevé la sustitución de 18 kilómetros de vía (pistas de rodamiento, riel de seguridad, barra guía, etc.); la modernización de zonas de maniobra y talleres en Zaragoza, así como el cambio y modernización de sistemas eléctricos y electrónicos de vía.