Jeanine Áñez, quien ocupó la presidencia de facto en Bolivia, cuando Evo Morales buscó la reelección en Bolivia, fue condenada el viernes a 10 años de prisión tras ser declarada culpable de fomentar un golpe de Estado contra el gobierno a finales de 2019.
Áñez, de 54 años, fue juzgada por un tribunal ordinario sin ningún tipo de inmunidad. Por protocolo ante la pandemia de la Covid-19, no se le permitió estar en la corte y siguió la audiencia de forma virtual desde la cárcel en la que fue recluida, con detención preventiva, hace más de un año.
“La prueba aportada y presentada en juicio ha sido suficiente para generar en el tribunal la plena convicción sobre su participación y responsabilidad penal en los referidos ilícitos condenándolos (a Áñez y otros dos exfuncionarios) a la pena privativa de libertad de 10 años”, dijo el juez Germán Ramos en su fallo por el caso ‘Golpe de Estado II’ que se desarrolló en el Tribunal Primero de Sentencia de La Paz desde finales de marzo pasado.
La fiscalía señaló que las violaciones a las normas que garantizan el orden constitucional y democrático en Bolivia fueron cometidas por la exsenadora derechista antes de proclamarse como presidenta, con el apoyo de exjefes policiales y militares.
“Yo soy inocente”, dijo Áñez en su declaración final ante el juez. “Asumí la presidencia por compromiso, siguiendo cada uno de los pasos y respetando todo lo que dice la Constitución”.
Desde noviembre de 2019, Áñez ocupó la presidencia por menos de un año, tras la renuncia forzada del expresidente Evo Morales, quien por entonces enfrentaba violentas protestas y acusaciones de fraude electoral en su intento de reelegirse en el cargo.
La defensa de Áñez dijo que acudirá a instancias internacionales para buscar justicia. Varios sectores de la oposición boliviana anunciaron movilizaciones en defensa de la exmandataria.
Con información de Reuters
Foto: El Comercio