El Populismo, la 4T y las Elecciones
* Y la Balanza Electoral se Inclina Tras las Dádivas que se Reparten
*El Sufragio no es Emitido tan Libremente Como lo Especifica la ley
*Prácticas Clientelares, de Intercambio Masivo, Desvirtúan Libertad y Secrecía del Voto
*Cobran Relevancia los Operadores, con sus Listas, Padrones y Lugares
*Militares de muy Alto Nivel, en Templetes Mitineros, Desconociendo la Neutralidad
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
Las campañas electorales constituyen competencias para atraer el voto ciudadano, nuestra Carta Magna, dispone que los electores tienen derecho a participar y emitir el sufragio de manera universal, libre y secreta, aspectos que deben garantizarse y protegerse.
Sin embargo, ello no acontece adecuadamente en México, pues la marginación y pobreza provoca la vulnerabilidad en importantes segmentos de la población, que son aprovechados por grupos de interés que inclinan la balanza regularmente con programas sociales, dadivas y hasta amenazas.
Esas prácticas se han denominado clientelares o corporativistas, al tener un diseño de intercambio masivo o grupal, de carácter colectivo que tiende a desvirtuar la libertad y secrecía del voto, ante los condicionamientos utilizados: la zanahoria o el garrote.
En esa medida, cobran relevancia los programas sociales y quienes los operan, pues tienen a su alcance los recursos, listas, padrones y lugares, que les permiten con facilidad detectar a las personas y localidades donde habitan ciudadanos con esas limitaciones, es decir, aquellas personas que no cuentan con los más elementales recursos para salir adelante, viéndose privadas de sus capacidades.
Esos núcleos son claves en las elecciones, particularmente cuando se trata de conservar el poder, máxime que se ha ido incrementando la población en grado de pobreza, en consecuencia, existe un mayor margen de personas en situación de vulnerabilidad, convirtiéndose en caldo de cultivo para los operadores políticos.
De conformidad a los estudios realizados por diversas instituciones, las causas que provocan marginación y pobreza son la corrupción; falta de empleo; trabajos mal pagados; carencia de cohesión social y; delincuencia.
Como es de observarse, en buena medida esas causas son atribuibles a las autoridades y a políticas públicas inadecuadas e inclusive mal aplicadas, no obstante, en épocas electorales es cuando pretenden obtener un apoyo de aquellas personas que ellos mismos han sumido en la pobreza, es un ciclo contradictorio, inmoral y políticamente engañoso.
Lo lamentable del asunto, es que ahora también participa en esos menesteres la delincuencia organizada, cuestión en extremo delicada al configurarse una peligrosa combinación de complicidades que más allá de los procesos electorales trastoca el de por sí debilitado Estado de Derecho.
Un punto neurálgico fuera de toda proporción consiste en ver a militares de muy alto nivel, en los templetes mitineros, enviando señales ajenas y lejanas a su función de neutralidad y defensa de la soberanía nacional.
Los puntos descritos brevemente revelan el rostro del populismo y la cuarta transformación, cuyo objetivo primordial no se encamina al bien común, sino a la conservación del poder a toda costa, utilizando todo lo que esté a su alcance: los grupos vulnerables; las fuerzas armadas; la delincuencia organizada, etc., con métodos inclusive impensables en otras épocas, a partir de un alto grado de corrupción y justificación de acciones al margen de la ley.
Los muertos; niños con cáncer; desaparecidos; mujeres violentadas; etc., no les importan, lo que realmente les interesa es quedarse con el poder a toda costa, no es transformarse desde el gobierno sino imponerse desde palacio nacional.
