RAÚL MONDRAGÓN von BERTRAB
“Las leyes callan cuando las armas hablan.”
-Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
“Las armas requieren espíritu como las letras.”
-Miguel de Cervantes (1547-1616) Escritor español.
“Las armas son pendejas en manos de peligrosos.”
–Teniente de apellido Sixtos, en el S.M.N.,
22ª. Zona Militar, clase1992.
Datos duros. En los Estados Unidos la población civil tiene en su posesión 120.5 armas de fuego por cada 100 personas. En México el número es 12.9. En lo que va del año, más de 17,000 personas, incluyendo 650 niños, han sido asesinados al norte de la frontera, donde viven 329.5 millones. Aquí, entre los 128.9 millones que somos, llevamos más o menos 10,000 al día de hoy. El .0051% vs. el .0077%. Le ganamos a un país con economía de guerra.
Más de 67,000 de las 96,036 recuperadas en México entre 2013 y 2018, último año en que se tiene registro, fueron traídas de Estados Unidos. Ese fácil acceso a armamento de alto poder creó una carrera armamentista entre los grupos criminales. Y es que en el vecino país el derecho a poseer y portar armas es un derecho fundamental protegido por la Segunda Enmienda de su Constitución, que incluso se considera tema de seguridad nacional, pues la percepción de algunos ciudadanos estadounidenses es que desarmarse los haría vulnerables a intereses extranjeros.
–Nosotros, los americanos -me decía hace poco un brother de allá- no estamos cómodos dándole al estado el monopolio en torno a la violencia, así que estas tragedias ocurrirán.
Se refería por supuesto a la llamada masacre ocurrida en una escuela primaria de Texas, el 24 de mayo, a manos de un joven de 18 años armado con un rifle AR-15 -de uso militar y que también ha sido ya usado al sur de la frontera por el crimen organizado- quien asesinó a 21 personas: 18 niños, en su mayoría de 10 años de edad, y 3 maestros.
La cadena CNN rindió un conmovedor homenaje a las víctimas de la tragedia con un corto videoclip, con imágenes y rasgos de su personalidad; figuras del deporte y del espectáculo se pronunciaron hartos de las condolencias y los minutos de silencio, sin acciones decisivas ni estrategias aparentes de prevención; los senadores fueron cuestionados y se cuestionaron entre ellos su falta de acción y la influencia que la “NRA” o Asociación Nacional del Rifle, poderoso grupo de cabildeo político, tiene sobre muchos de ellos como generosa donadora a sus campañas.
Reboté también el tema con un exmilitar norteamericano y hablando de prevención aventuré que la misma debía enfocarse en el acceso a las armas, a lo que él me respondió que concordaba hasta cierto punto, pues las pistolas, los cuchillos, los automóviles no matan, sino que las personas lo hacen y cuando esa es su intención encontrarán la forma.
Una amistad desde la infancia vive allá y trabaja para una empresa de armas. Su novio es miembro de la NRA y republicano. Mientras hablábamos de Texas se publicó la noticia de la bancarrota en la que se declaraba dicha asociación belicosa, el famoso Chapter 11 previsto en la legislación estadounidense y que se traduce en una suerte de suspensión de pagos, con base en deudas por más de 500 millones de dólares. En paralelo, la propia asociación anunció su intención de abandonar el registro corporativo en Nueva York, el cual data desde 1871, para mudarse justo a Texas, donde planeaba una convención el fin de semana siguiente a la masacre estudiantil. Tanto el gobernador texano, Greg Abbott, quien hablaría en la convención, como el alcalde de Houston, Sylvester Turner, han dado la espalda al evento y conminado a la NRA a reagendarlo, dado lo irrespetuoso de hablar de armas tras sólo días de las trágicas muertes. La fiscal estatal neoyorquina, Letitia James, y el Distrito de Columbia han demandado a la NRA por uso indebido y personal de las generosas donaciones que obtiene.
En los contratos que documentan transacciones importantes, siempre hay una buena definición de “control”. Pienso en este término pues si algo impera lo mismo en una cacería por parte de un psicópata, que en un golpe del crimen organizado, es el descontrol. Gusto de acudir al sentido común para intentar simplificar lo complejo y aquí parece muy simple que un mejor control de armas de fuego en Estados Unidos, sin obviar la inacción mexicana, ayudaría mucho en ambos lados de la frontera.